La galería Km.5 de Eivissa acogerá a las 21,30 horas de hoy martes una exposición de collages fotográficos manipulados digitalmente titulada The Touch, Fábricas de Utopías, que estará abierta al público hasta el próximo 9 agosto. Con esta entrega, el polifacético creador alemán completa una serie que ya ha presentado en Alemania (junto a trabajos similares del malogrado Pepe Tauste) y en varios escenarios de la isla. «La digitalización nos anima a aceptar informaciones y puntos de vista que nos pueden resultarnos ajenos, e incluso desafía nuestras ideas preconcebidas», apuntó a este periódico el artista, director del Centre Cultural de Sant Joan.
Pintor, escritor y experimentador de las posibilidades estéticas de las nuevas tecnologías, Dunckel sigue potenciando nuevos caminos en los que encajar una nueva percepción conceptual del surrealismo y dadaísmo. Su interés por reducir la influencia racional durante el proceso creativo marca su técnica y forma de percibir la realidad, influenciada por los preceptos estéticos del pop-art, que resume en un lema que esgrime a menudo: «Experimenta y amplía tu horizonte cognitivo».
«Virtualidad real»
En su conocida línea de teorización, Dunckel plantea así su intención artística conceptual: «Cuanto más avanzado es el intercambio de información en cualquier tipo de orden social, comercial o creativo, mayor será la probabilidad de que se esté moviendo en la dirección de la diversidad literaria y lejos de la uniformidad de la masa. La característica más notable de nuestra cultura contemporánea es la gran variedad y diversidad de sus opciones culturales alternativas; y este espectro de las distintas audiencias es idéntico a nuestra red de Fábricas de Utopías». De ahí el título de la muestra, The Touch (El Toque)».
Avanzando en su discurso teórico, el artista alemán señaló que «si la creatividad debe prosperar recreando, no hay que olvidar que todo arte está ligado a la cultura humana en general, y que las creaciones artísticas, incluso aquellas que parecen las más vanguardistas, esotéricas y difíciles de entender, no tienen sentido fuera de su contexto cultural».
Calificando el resultado de estos collages fotográficos manipulados digitalmente como «una virtualidad casi real», Holger E. Dunckel anima al espectador «a expresar nuestras visiones internas del futuro como las experimentamos en nuestras mentes. Esta esencia es la clave para la comprensión de la naturaleza como materia originaria para nuestros experimentos estéticos».