«Ha quedado muy natural, muy auténtico y está siendo muy visitado». Con estas palabras se refirió ayer la alcaldesa de Vila, Marienna Sánchez-Jáuregui, al yacimiento arqueológico situado en la Ronda Calvi, cuyas obras de restauración y consolidación fueron presentadas ayer tras unas trabajos dirigidos por la restauradora Ángela Morcilo con un coste de 120.000 euros (95.000 sufragados por el Ministerio de Cultura y el resto por el Consistorio). A la presentación de estos trabajos asistieron, junto a Sánchez-Jáuregui y Morcilo, el director insular de la Administración del Estado, Rafael García Vila; la concejala de Cultura de Eivissa, Lina Sansano, y la técnico en arqueología del Consistorio, Rosa Gurrea.
Precisamente, esta última reconoció ayer su alegría por poder presentar la restauración de unos restos hallados en la década de los noventa, durante las obras de la Ronda Calvi, «y que con el paso del tiempo y al estar a la intemperie estaban un poco deteriorados». Para Gurrea, esta zona es «muy importante, porque es el único lugar en la ciudad en el que se ve la fabricación y la implantación de los dos elementos defensivos más importantes que ha tenido la ciudad: el tramo de muralla medieval y el renacentista».
Desalojadas y expropiadas
La alcaldesa señaló que la actuación «se ha realizado en el tramo de la muralla que comprende la torre XXVI, situada bajo el Cavaller de l'Almudaina; la torre XXV, en el tramo medio de la Ronda Calvi, y el lienzo de muralla que une ambas, así como la estructura de viviendas adosada a intramuros». La importancia del sector viene dada por el hecho de que se trata de una sección de la muralla medieval, levantada en época musulmana (siglos X y XI). En la intervención, añadió Sánchez-Jáuregui, «también se han puesto al descubierto la estructura y los muros de las viviendas intramuros, que fueron desalojadas y expropiadas en el siglo XVI para poder construir sobre ellas la muralla renacentista».
También se presentó ayer la reparación y consolidación de los parapetos de los baluartes de Sant Bernat y Santa Tecla, con un coste de 608.420 euros, financiados mediante la aportación del 1% cultural (un 75% a cargo del Ministerio de Cultural y el 25% restante pagado por el Ayuntamiento).
En lo referente al baluarte de Santa Tecla, la alcaldesa (el arquitecto autor del proyecto, Fernando Cobos Guerra, no pudo estar presente) explicó que la intervención se ha basado en la eliminación de humedades interiores mediante la instalación de un sistema de ventilación que ha aislado la bóveda inferior del relleno de tierra que forma el terraplén del propio baluarte. La obra ha incluido además el levantamiento del empedrado para colocar un sistema de impermeabilización que recoge el agua y la dirige a las salidas originales, igualmente recuperadas.
Sánchez-Jáuregui quiso resaltar el hecho de que con estas dos intervenciones «queda prácticamente finalizada la restauración de la coronación de la muralla», excepto en el tramo entre los baluartes de Sant Bernat y Sant Jordi debido a las obras del Parador. La alcaldesa mostró su agradecimiento a quienes han intervenido en las obras y quiso expresar su esperanza de tras las intervenciones, la zona «se convierta en el mejor paseo por Dalt Vila».