En el año 1954, un pequeño grupo de gitanos que acaba de terminar su trabajo de temporada en Murcia se encuentra en una encrucijada. Procedentes de Baza (Granada), pueden regresar a su tierra o hacer caso a su instinto y dirigirse a una isla situada más al este y llamada Eivissa, de la que han escuchado que hay oportunidades de trabajo y es posible que crezca económicamente por el turismo. Aquel grupo decidió intentarlo en la isla y se convirtió en el primer desembarco de miembros de la comunidad gitana en Eivissa.
Desde entonces han cambiado muchas cosas, pero siempre queda el apego a buscar los orígenes. Ese es el motivo por el que José Luis Rodríguez, presidente de la Asociación Cultural Gitana ‘Chaborró' (niño, adolescente), decidió que había que registrar de algún modo la llegada y el establecimiento del pueblo gitano en Eivissa, una idea que ha tomado finalmente la forma de un libro que está en proceso de edición y en el que esperan incluir algo más de doscientas fotografías para documentar el entorno social, familiar y cultural de dicha comunidad.