José Padilla nació en Barcelona, aunque lleva más de media vida en Eivissa habiéndose convertido en uno de los grandes nombres de la escena musical pitusa. Precursor del chill out en España y de la música de los atardeceres de Café del Mar, tras casi diez años de reposo, vuelve a la escena musical con un nuevo disco de producción propia, Binary Sound. En él, está acompañado de la jovencísima escocesa Kirsty Keach, y la experiencia ha sido tan positiva que le ha vuelto «a picar el gusanillo» y ya está envuelto en nuevos proyectos.
—Casi diez años sin sacar un disco propio, ¿no son muchos?
—Pues sí, casi demasiado. Aunque no he parado, he hecho más cosas, sobre todo recopilaciones como una de jazz o unos remixes para Norah Jones.
—Regresa con Binay Sound, ¿qué le hizo volver?
—Todo fue un poco por casualidad. Normalmente recibo mucho material de todo tipo de cantantes y por respeto siempre los escucho. Sin embargo, un día vino a verme a la tienda que tengo en Santa Gertrudis, Richard, el padre de Kirsty, con un cd que tenía un par de canciones suyas. Lo escuché y me enamoré de su voz enseguida.
—¿Es tan especial?
—Tiene una voz maravillosa y cuando la escuché por primera vez tenía 16 años y hacía rock indie puro y duro. Su voz tiene una pureza increíble y quería plasmarla antes de que cambiara. Se lo propuse, grabamos el primer single, Dragon flie, y luego todo fue rodado.
—Entonces, ¿cómo es este nuevo disco?
—Creo que sorprenderá a la gente que está acostumbrado a escuchar lo típico de José Padilla. Lo único que sé es que es algo diferente a todo lo que he hecho en mucho tiempo y por eso me ha vuelto a picar el gusanillo otra vez.
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