Los escritores que participaron ayer en la jornada de clausura de las Conversaciones Literarias de Formentor han ensalzado la importancia y la pervivencia de las obras maestras, desde «La Odisea» de Homero a publicaciones recientes como «El sueño del celta», de Mario Vargas Llosa.
Bernardo Atxaga ha abierto la última mesa redonda, «La odisea perenne», refiriéndose a «La Ilíada» de Homero, que ha calificado como «la génesis de la literatura» y ha comparado con un gran río impetuoso que se ha ido dividiendo con el tiempo en miles de pequeños riachuelos.
Para Atxaga, un clásico es «una obra que está en el origen, que ha durado y se mantiene durante siglos porque renueva en cada tiempo y con cada lector lo que significa y lo que quiere decir».
El escritor vasco considera que de los clásicos se recogen «conceptos que luego son extraordinariamente fértiles», como le ocurrió a él con «La Ilíada», obra que cada vez que ha visitado le ha provocado reflexiones muy distintas.