Daniel Espinosa (Madrid, 1976) ha tardado en convencerse de que su camino vital pasaba por la fotografía, una disciplina para la que estudió en Londres durante tres años, pero que dejó de lado buscando otros horizontes y experiencias. En Eivissa, hace algo más de un año, encontró finalmente su identidad y ésta le señaló como fotógrafo, una dedicación en la que vive inmerso desde entonces y de la que esta tarde a partir de las seis ofrecerá una pequeña muestra en Deco Style (calle Linquer, 10, en Jesús) con la exposición Encrucijada, en la que muestra fotografías tomadas en Berlín y Madrid y en la que el fuerte contraste entre el negro y el blanco trabaja como hilo conductor.
«Ese contraste de blanco y negro entra un poco dentro del terreno personal, es como una salida del lado oscuro hacia la luz», explica Espinosa, quien reconoce que aún trabaja para establecer su identidad como fotógrafo, aunque es una cuestión que considera que llegará con el tiempo y el trabajo. «Ahora toco un poco de todo, aunque no sé si es estrictamente necesario que haya que definirse», apunta.
Estudió en Londres y en aquella ciudad ejerció como paparazzi, una ocupación que no le gustó «nada» por ser «un trabajo un poco agresivo» que no va con su personalidad. Aunque sí ha dedicado parte del último año al fotoperiodismo en Última Hora Ibiza y Formentera y Diario de Ibiza, medios a los que agradece el haber confiado en su trabajo. Agradecimiento que hace extensible a los fotógrafos Germán G. Lama, Marco Torres, Arguiñe Escandón, Vicent Marí y Juan A. Riera por, tal y como él mismo describe, haberle dejado acercarse y aprender de ellos.