Silvia Grijalba (Madrid, 1967) es periodista, poeta, ensayista y novelista. Durante años escribió en las páginas de cultura de El Mundo y fue corresponsal en la India, aunque todo esto lo dejó para ser novelista. Tras publicar sendas biografías sobre Depeche Mode y Dire Straits, su primera novela, Alivio rápido, llegó en 2003. Después vino Atrapada en el limbo, en 2006, y Contigo aprendí, en 2011, con la que obtuvo el Premio Fernando Lara de Novela. Ahora, acaba de publicar Tú me acostumbraste, el retrato en clave de humor de la decadencia de una clase social y de una forma de vida que alcanzó su culmen con la jet set, desde el final de la II Guerra Mundial hasta la era de la globalización. De todo ello hablará esta tarde, a partir de las 20,00 horas, en la librería Hipérbole de Eivissa.
—Periodista, ensayista, novelista... ¿Con qué se queda?
—Sin duda con la faceta de novelista. Dejé El Mundo para hacer novelas y, aunque en ocasiones siento envidia por no escribir noticias de cultura, lo que más me satisface es contar historias.
—Y lo hace publicando con mucha frecuencia. ¿Cuál es su secreto?
—Organizarme muy bien y ser muy disciplinada. Aunque no se lo crea, trabajo ahora más que cuando era periodista. Y mira que se echan horas en un periódico.
—Ser disciplinada. Un buen consejo para los que empiezan.
—Sí, porque si no te organizas, publicas cada mucho tiempo y la gente se olvida de que existes. Así que si no se trabaja duro, como todo en esta vida, no se llega a ningún lado.
—Hablando de su última novela. Es una comedia crítica con un tema que sigue de actualidad, el de la jet set. ¿Está inspirada en casos reales?
—Bueno, está ambientada en Estambul, Londres y Marbella y, por ejemplo, los personajes que aparecen en Inglaterra están inspirados en aristócratas al estilo británico, que no presumen precisamente de tener mucho dinero, y que conocí en mi etapa en la India.
—¿Y de la parte de Marbella? Por lo que cuenta en la novela alguien se sentirá identificado.
—Yo me crié en la zona de la Costa del Sol y conozco de primera mano todo el tema de la burbuja inmobiliaria y esa gente que ganó mucho dinero y ahora se encuentran en una situación, digamos difícil.
—Algo parecido a Eivissa. ¿Podría ambientar algo de su novela aquí?
—Perfectamente. Eivissa siempre ha tenido más glamour pero tiene muchos puntos en común. Creo que podría haber sido interesante centrar alguna parte del libro en esa aristocracia venida a menos que hay en Eivissa y que compite con ese gran lujo que se refleja por ejemplo en los supermillonarios rusos.
—Pero siempre desde un punto de vista cómico. ¿Por qué?
—Porque creo que el humor es muy importante en nuestras vidas. Y enfocar un tema como este desde una vis cómica puede ser interesante para descubrir que podemos reírnos de nosotros mismos y de situaciones disparatadas sin problemas.