Celtas Cortos es para toda una generación el nombre de una marca de tabaco mientras que para otra, la que nos ocupa, es el nombre de un grupo creado en Valladolid en el año 1986 y que a lo largo de su trayectoria ha vendido más de un millón de discos. Su particular estilo les ha convertido en uno de los mayores referentes del folk rock de este país con una amplia legión de seguidores que casi treinta años después siguen vibrando con temas como 20 de abril, Cuéntame un cuento, Haz turismo, Romance de Rosabella y Domingo, la Senda del Tiempo, ¿Qué voy a hacer yo? o Lluvia cae en soledad. En los últimos años se han convertido en uno de los grupos habituales de la isla y esta noche, a punto de estrenar en septiembre su nuevo disco, Contratiempos, tienen una nueva cita con el público ibicenco en el parque Reina Sofía de Vila.
—Una vez más en la isla. Casi dan más conciertos aquí que algunos grupos de Eivissa.
—La verdad es que sí. Es una gran suerte para nosotros porque en Eivissa nos sentimos como en nuestra propia casa.
—En la isla tienen una amplia legión de seguidores fieles.
—Es cierto. Cada vez que damos un concierto acude mucha gente y eso es muy gratificante.
—¿Y cómo se lo explican si en Eivissa lo que se lleva fundamentalmente es la música electrónica y el pop rock en catalán?
—Tal vez porque aún hay mucho nostálgico al que le siguen gustando nuestras letras y mucha gente con ganas de protestar.
—Lo cierto es que pasan los años pero muchas de sus letras siguen sonando actuales.
—No se si eso es bueno o malo. Es bueno porque demuestra que a la gente le gusta lo que cantamos y negativo porque también refleja que hay demasiadas cosas que aún tienen que cambiar para que la tierra donde vivimos no reviente de una vez por todas.