Con una apabullante trayectoria, que inició en 1985 con el grupo Los Rebeldes y que continuó por derroteros teñidos de jazz, swing, rhyhtm & blues y otras influencias, Dani Nel·lo es considerado por la crítica especialista como uno de los mejores saxofonistas del país. Su último proyecto, la banda barcelonesa Mambo Jambo, es el prometedor plato fuerte de la primera noche del Eivissa Jazz, donde presentarán su segundo trabajo, ‘Impacto inminente'.
—Su propuesta no responde a un jazz ortodoxo…
—Nuestras influencias beben del rock, el rhythm & blues, el surf, el swing y el jazz, pero las llevamos hacia adelante. Jugamos con estos elementos para crear un sonido propio, que nosotros llamamos sonido ‘jambofónico' y que, efectivamente, no se encuadra en un jazz clásico.
—¿Y cómo reacciona el público de jazz ante su propuesta?
—Nos está funcionando muy bien. Tocamos en festivales de jazz, de rock y de blues. Recuerdo cuando hacíamos las pruebas de sonido en el Festival de Jazz de Palafrugell (Girona). Nos miraban con unas caras como diciendo ‘qué salvajes', pero luego a la gente le gustó mucho. Para nosotros lo principal es disfrutar, hacer disfrutar y ser honesto con nuestro discurso.
—¿Qué dice ese discurso?
—Consideramos que la música es un montón de eslabones unidos por la misma raíz y puedes experimentar siempre que mantengas la honestidad. Nosotros nos conocimos en un momento clave, todos teníamos una trayectoria detrás y no necesitábamos demostrar nada. Nos juntamos de manera espontánea para pasarlo bien y eso se transmite.
—¿Tienen cabida otros estilos en un festival de jazz?
—Mientras haya una raíz, un cordón umbilical que te mantenga unido con el jazz, caben muchas cosas. En los últimos años se ha ampliado el concepto de jazz. Quizás resulte frustrante para los puristas, pero el jazz se ha abierto. Y no es nada nuevo. Hace años, solo se oía jazz fussion porque era lo que tocaba. Si no lo hacías, estabas fuera de este mundo. Ahora el jazz es mucho más flexible.
—¿Lo es también este Eivissa Jazz?
—Totalmente. El jazz ha vivido una apertura de miras y el programa que se presenta en Eivissa es coherente con ello. Tenemos mucha ilusión por venir precisamente por esto, porque no es un certamen donde solo haya jazz contemporáneo o clásico.