Formentera se transformará de mediados de marzo a inicios de abril en un plató de cine de la mano del realizador Pau Durà, el carismático actor José Sacristán y todo un equipo de rodaje que desembarcaran en la menor de las Pitiusas para filmar Formentera Lady, una película donde Sacristán encarna a un hippie que llegó en los años setenta para quedarse en la isla y sobrevivir hasta nuestros días.
Antes del gran desembarco, la semana pasada parte del equipo técnico ya se dejó ver por los alrededores de Sant Francesc en búsqueda de escenarios para el rodaje. Esta semana, en concreto ayer martes y hoy miércoles, es el turno de Tamara y Ana, las encargadas de un casting que ha de ayudar a completar la película con figurantes y actores y actrices locales con algún que otro cameo. «Buscamos un poco de todo», nos comenta Ana Durá, directora de casting de figuración de la película, «vamos a recrear la realidad de Formentera, así que buscamos personas de todas las edades, desde chavales de más de nueve años a adultos de hasta 65, gente de todo tipo, de todos los perfiles y que tenga ganas de participar en una peli y de vivir la experiencia».
En total se necesitan cerca de 100 figurantes que se darán de alta en la seguridad social y cobrarán un mínimo de cuarenta euros por jornada de trabajo. A cambio, deberán estar ‘libres' para poder participar en uno o más días de rodaje y si tienen inquietudes artísticas y/o conocimientos de manufactura artesanal y musicales, mejor que mejor. Ayer por la tarde ya se contaban más de dos centenares de aspirantes que habían pasado por el Casal d'Entitats de Sant Francesc para rellenar la ficha pertinente y posar ante la cámara fotográfica con la mejor sonrisa posible. La mayoría de candidatos y candidatas se lo tomaban con optimismo, como Miren, que «quería vivir esta experiencia y ver cómo se rueda una película desde dentro», coincidía con ella Lara, que opinaba que «ya que se filma en Formentera y que nosotras vivimos todo el año aquí, pues que menos que participar, ¿no?». Otras, como Anna, esgrimían su amor por Formentera para razonar su sueño de formar parte del rodaje, mientras que Lluvia recordaba un curso de teatro que había cursado de pequeña y, al igual que su amiga Sonia, confesaba una inmensa ilusión de poder tener un papel en la producción.
En unos pocos días, los más afortunados podrán formar parte del decorado de un film eque volverá a poner a Formentera en el mapa del cine español como ya hicieran Lucía y el sexo o La Cueva.