La Banda Sinfónica Ciudad de Ibiza celebró ayer el día de Santa Cecilia con un concierto solidario en tres partes que no dejó indiferente al público que asistió, sobre todo las partes segunda y tercera, compuestas por el director titular de la banda, Miquel Ángel Aguiló.
En la primera parte se pudo escuchar el concierto para trompa solista y ensemble de viento Morceau de Concert (Op. 64) del compositor, director de orquesta, organista, pianista y militar francés, Charles Camille Saint-Saëns. Veinte músicos de la banda, acompañados por el invitado solista Irlim Pulgarin Berni y dirigidos por Damián Boluda, dieron el aperitivo al público asistente.
La segunda y la tercera parte estuvieron dirigidas por Miquel Ángel Aguiló. Sentència de Mort y Paraskevidekatriofobia sorprendieron a la concurrencia.
La primera de ellas tuvo incluso una advertencia por parte del director, sus melodías y ritmos podían impactar con fuerza en las personas más sensibles. «Seis minutos de fanfarria potente, visceral y casi eléctrica que describe el estado mental de un condenado a pena de muerte, tratando temas como la desesperación, el estrés, la incertidumbre, la angustia, la esperanza o incluso la espiritualidad, la resignación y la aceptación», explicó el propio director a este periódico.
Paraskevidekatriofobia pasó a un tono más desenfadado. La pieza para 13 músicos «habla del miedo y de la fobia que siempre tenemos al número 13 y al mismo tiempo es un pequeño homenaje a todos estos simpáticos y encantadores sufridores».
El director aprovechó esta pieza para dar una amena lección de música sobre como transmitir sentimientos a través del tempo, la intensidad o los ritmos.