El Espai Cultural Can Ventosa de Ibiza acoge mañana a las 20.00 horas la representación de la obra de teatro Nueva York en un poeta, protagonizada, dirigida y creada por el actor madrileño Alberto San Juan. La obra está inspirada en la figura del gran poeta Federico García Lorca y en ella también participan un cuarteto de guitarra, contrabajo, batería, saxo y clarinete para las piezas de jazz que Lorca descubrió en los clubes neoyorquinos e Ian Gibson que con su voz introduce lo que sucede en el escenario.
¿Qué cuenta Nueva York en un poeta?
—La conferencia recital que García Lorca dio en 1930 en la Residencia de señoritas de Madrid. Allí contó su experiencia de nueve meses en Nueva York, desde junio del 29 a marzo del 30, cuando presentó su libro Poeta en Nueva York. Todo ello interpretado por un actor, que soy yo, y cuatro músicos magníficos.
El formato mezcla teatro, música y la voz, a modo de documental de Ian Gibson. ¿Cómo se les ocurrió la idea de hacer así la obra?
—Por hacer algo diferente. De hecho, el espectáculo está dividido en dos partes que se intercalan, la prosa, sin música, solo el actor, y los poemas donde la banda entra en acción.
¿Por qué decidió meterse en la piel de Federico García Lorca y que tiene esta obra para que haya tenido tanto éxito?
—Que es más actual de lo que nos pensamos. En Nueva York Lorca asiste en directo al inicio de la mayor crisis del capitalismo mundial previa a la que comenzó en 2008 y que aún padecemos. El 28 de octubre de 1929 se hunde la bolsa de Nueva York, como consecuencia de una especulación financiera desbocada, y se abre un proceso que desemboca en el ascenso del fascismo y en la Segunda Guerra Mundial. El crack del 29 hace visible el antagonismo entre el sistema socioeconómico capitalista y la vida y el poeta denuncia apasionadamente la sociedad industrial y al mismo tiempo alerta sobre la necesidad de una transformación revolucionaria en defensa de la vida. Este conflicto entre el capital y la vida hoy se ha extremado enfrentándonos a sus últimas consecuencias, provocando casi la desaparición de la especie humana, entre otras muchas formas de vida. Así que más vigencia imposible.
¿Esto es lo que hace que también la figura de Lorca nunca pase de moda?
—Sí, porque supo ver con una hondura y una claridad enormes. Supo contar lo que veía con una intensidad, precisión y belleza desbordante. Sus palabras, ese inmenso caudal que nos dejó a pesar de ser asesinado a los 38 años por guardias civiles y falangistas, siempre estarán vigentes.
El teatro, poco a poco, se va llenando de público. ¿Ya se han dado cuenta los que mandan que es completamente seguro?
—El teatro probablemente sea uno de los lugares de reunión más seguros. Y más allá de eso, me parece básico encontrarnos para compartir emociones, reflexiones y experiencias placenteras.
El mundo de la cultura y del teatro en general, ¿saldrá de esta?
—Creo que la pregunta es más amplia, ¿saldrá la humanidad de esta? Y no me refiero al covid sino del proceso de destrucción de las condiciones naturales para su supervivencia. No tengo ni idea pero si que habrá que intentarlo y disfrutar en el intento.
En sus primeros años fundó la compañía teatral Ración de Oreja y después Animalario. ¿Qué recuerda de aquellos años?
—Que fueron años muy hermosos. La compañía fue mi verdadera escuela de teatro y, en gran parte, también de vida.
¿Cree que ahora un grupo de jóvenes podrían hacer algo parecido?
—Sin duda. Constantemente lo hacen y lo seguirán haciendo.
Ha creado Teatro del Barrio, en pleno barrio madrileño de Lavapiés, a modo de cooperativa. ¿Hoy en día sigue siendo posible un movimiento asambleario y horizontal en las artes escénicas? ¿Y en España en general?
—Creo que es necesaria la democracia para sobrevivir. Una democracia real, donde la participación política sea un derecho universal efectivo. No hablo de votar sino de participar en las decisiones fundamentales sobre los recursos básicos para la vida.
Madrileño, con compañía madrileña... ¿qué opina de como lleva Madrid el confinamiento?
—El gobierno de la Comunidad de Madrid me parece criminal. Es criminal dejar de cobrar impuestos a quienes más tienen cuando hay quienes pasan hambre. Y esto ocurre en Madrid.
Con ‘Animalario' fueron muy reivindicativos. Marcaron un antes y un después con su gala de los Goya. ¿Volverían a hacerlo?
—El carácter reivindicativo de aquellos Goya se generó en directo, a partir de las intervenciones espontáneas de los premiados. Lo único que nosotros hicimos fue asistir gozoso a ese «No a la guerra» emitido en directo por la 1 en horario de máxima audiencia.
¿Hoy en día al mundo de la escena le falta ese punto reivindicativo?
—En absoluto. Creo que el mundo escénico en España hoy es muy reivindicativo.
Ha trabajado en cine, teatro y series, ¿con qué se queda?
—Con los proyectos que me gustan. Sea cual sea el formato.
¿Y el papel de director? ¿Cómo es estar dirigiendo?
—Maravilloso.
Interpretó al rey emérito Juan Carlos I. ¿Qué opina de la situación actual del exmonarca?
— Juan Carlos I me parece el síntoma, la evidencia, de un sistema estructuralmente corrupto en el que durante 40 años han jugado un papel protagonista el PSOE, el PP y buena parte del Ibex 35.
Usted que hizo periodismo antes de estudiar con Cristina Rota. ¿Cómo ve la situación actual de los medios de comunicación?
—Muy jodida. Los medios independientes tienen recursos escasos y los grandes medios son, en gran parte, propiedad de bancos y otras grandes empresas y esto impide la plena libertad de información imprescindible para la democracia.
Y ya la última. Su gran amigo Guillermo Toledo vuelve a estar de actualidad por su gran papel en la serie Los favoritos de Midas. ¿Es una buenísima noticia que se hable de él por lo gran actor que es y no por sus polémicas?
—Sin duda.
Nueva York en un poeta
Teatro
l Sábado 12 de diciembre
l 20.00 horas
l Can Ventosa (Ibiza)
l 15 euros en taquilla y www.eivissa.es