“Vila” (Eivissa ciudad) como Venecia… se inunda con regularidad. Tanto en la ciudad italiana como en la Pitiüsa el “acqua alta” (literalmente traducido “agua alta”) forma parte de su rutina anual y los venecianos han aprendido a convivir con dicho fenómeno.
Las inundaciones en Venecia las producen las mareas, el agua del mar sube, a diferencia de lo que sucede en Vila en la que las inundaciones vienen de la lluvia, el agua baja. En el primer caso el agua viene del mar, porque históricamente la naturaleza así lo ha querido, y en el segundo caso el agua… se queda en la tierra y no va al mar, porque los responsables municipales históricamente no se han puesto de acuerdo para que sea de otra forma.
En Venecia el acqua alta es un fenómeno previsto por todos, residentes y turistas, y supone un poco de trabajo extra que compensa, a unos y a otros, porque es una experiencia única. En Eivissa, te lo aseguro, es un auténtico trastorno y las inundaciones de hace unos días, un verdadero desastre para la ciudad.
Las imágenes que ves en televisión del resto de España podría hacernos suponer que “es un hecho totalmente accidental y nada puede hacerse”, pero es una afirmación que no tiene justificación ya que nosotros -al menos- sí que sabemos la causa de nuestras inundaciones: la incompetencia en una serie de decisiones de planificación urbanísticas.
Eivissa (ciudad) está al lado del mar y, por tanto, todo el agua que cae del cielo o llega de los torrentes debería tener el camino expedito para llegar al mar. Cuando esto no ocurre se anega la ciudad. Calles, rotondas y carreteras se inundan causando un caos circulatorio y de movilidad. Comercios, negocios y locales también sufren estragos con el consiguiente coste privado.
En resumen, yo entiendo que resolver el problema no sea ni fácil ni barato, incluso que pudiera comprometer los presupuestos municipales de muchos años… Lo que no entiendo es que año tras año gobierno/s y oposición/es sigan dejando a los ciudadanos a su suerte. Ya sé que arreglar la red de saneamiento no tiene que dar muchos votos -es algo que no se ve- y nada comparable a inaugurar una piscina o una plaza, wifi gratis o decir lo mucho que se invierte en otras cosas. El problema es que si al final no se resuelven los problemas de los ciudadanos, no sé para qué nos convocan cada cuatro años, que sigan haciendo lo que les dé la gana.