Si a los ingleses hay que reconocerles la providencial introducción de la ginebra en nuestra isla hace más de trescientos años, cuyo máximo exponente está simbolizado en la marca Xoriguer, también les debemos el hecho de que hoy en día Menorca disponga del único campo de golf. Fue a finales de los años ochenta cuando el británico Hugh Brown decidió fundar el Club Son Parc con la idea de transformar aquel campo de patatas en el que se jugaba entonces y dar rienda suelta a su pasión por este deporte de origen escocés. Si bien la apuesta por este tipo de turismo ha sido muy clara en Mallorca, que cuenta con 23 campos, Menorca dispone de una sola instalación de estas características que atrae cada año a golfistas nacionales y de toda Europa, manteniendo una envidiable actividad deportiva durante todo el año.
VEINTE AÑOS. Poco debía imaginar Hugh Brown que su sueño de disponer de un campo de golf en Menorca tardaría veinte años en verse completado, desde que se hizo cargo de la instalación en 1988 hasta que se pudieron concluir los dieciocho hoyos. Acompañado de varios amigos ingleses que se convirtieron en pequeños accionistas, Brown adquirió aquel primer campo de nueve hoyos y se encontró que su ampliación estaba marcada por un importante refugio de la fauna y flora local. “Cuando entré a trabajar en el campo en 1999, todavía no se habían conseguido reunir todos los permisos suficientes para acabar el campo y no fue hasta 2008 que se estrenó la ampliación”, explica Paula Ferroni, actual directora de la instalación.
Mientras se gestaba toda la tramitación, Hugh Brown fichó a Dave Thomas, jugador de la prestigiosa Ryder Cup y subcampeón del British Open, para que se encargase del diseño del nuevo campo e hiciera también la remodelación de los hoyos existentes. “Desde el primer momento se apostó por dar al campo un gran nivel y, junto a la empresa de Dave Thomas, varios greenkeepers británicos con acreditada experiencia colaboraron en la puesta en marcha”, añade la directora.
Diez años después llegó el permiso para la primera parte de la ampliación de Son Parc con la construcción de seis nuevos hoyos. “Pese a tener catorce en aquel momento, un campo de golf es algo vivo que crece y se necesitó también un largo periodo de tiempo para su asentamiento. Hay que pensar que la única agua que se ha utilizado en este campo es el agua de la lluvia y el agua reciclada proveniente de la depuradora local”, concluye Ferroni. En agosto de 2006 se completó la segunda fase del desarrollo, dando a Menorca por primera vez en su historia un campo de golf reglamentario de dieciocho hoyos.
NUEVA PROPIEDAD. En febrero de 2013, el campo de golf ha cambiado de propietarios y ha sido adquirido por la sociedad Golf Son Saura, si bien su directora sigue siendo Paola Ferroni, que accedió al cargo en el año 2006 y dirige un equipo de once personas. “Mi misión es promocionar el campo en toda Europa para atraer al máximo de jugadores, si bien en mi cometido vendemos Menorca con golf como un paquete indivisible. Indudablemente, al jugador de este deporte le gusta poder alternar la práctica en diversos campos pero como aquí somos los únicos, lo que hacemos es comentarles la posibilidad que tienen de practicar actividades paralelas que se suman a las cuatro o cinco horas que destinará a jugar”, detalla Paola.
“Creo que uno de los elementos que nos diferencia de Mallorca es que no tenemos su masificación y, por lo tanto, son muchos los turistas de golf que se escapan a jugar aquí porque tienen el lujo de poder jugar en tranquilidad durante muchos meses al año. Si están federados, por veinte euros tienen casi el campo a su disposición”, añade. “Nuestra temporada media va de abril a octubre, excepto los meses de julio y agosto, que consideramos temporada alta. De noviembre a marzo se considera temporada baja. Siempre digo que el golf es un deporte que puede contribuir decisivamente a la desestacionalización de Menorca”, concluye la directora de Son Parc.
PROMOCIÓN. Una de las estrategias de promoción del Golf Son Parc ha sido, no solo la asistencia periódica a ferias especializadas como la de Madrid Golf, sino también la invitación a periodistas y touroperadores especializados para descubrir los encantos de la isla y del propio campo durante estos últimos años. También realizan promociones e intercambios con otros campos para favorecer el conocimiento de Menorca en los destinos de golf de toda Europa. “Pese a todo este esfuerzo, el turismo de golf de Menorca no acaba de despegar del todo porque nos faltan conexiones aéreas directas y a un precio razonable. Tengo jugadores, sobre todo ingleses y españoles, que son propietarios de segundas residencias en Menorca y que si tuvieran un enlace mas frecuente, vendrían más veces”, explica.
“En una de las últimas ferias del mundo del golf a las que asistí se publicó un informe que señalaba que el turismo de golf genera un impacto económico de 340 millones al año en nuestro país. Son turistas que se alojan en hoteles de cuatro a cinco estrellas, que tienen un gasto medio entre 170 y 230 euros por día, dependiendo de la nacionalidad”, detalla. “A Son Parc nos llega mayoritariamente el mercado británico y el nacional, pero también los mercados italianos y franceses han subido estos últimos años. Habíamos recibido jugadores suecos pero por culpa de las conexiones se acabaron perdiendo. Este año estoy esperando que se incremente también el público suizo y alemán, ahora que he sabido que Easyjet enlazará Ginebra y Menorca. No tenemos más remedio que avanzar paso a paso”, explica la directora.
FUTURO. El futuro pasa por seguir manteniendo las distintas actividades, como la Semana del Golf o el Menorca Open, de las que se encarga de organizar la parte deportiva y social de la entidad, así como los diversos torneos que periódicamente tienen lugar, competiciones abiertas a cualquier jugador sin necesidad de ser abonado. “Tenemos abierta una vía de colaboración con el Consell Insular con un programa que se llama Xala jugant, en el que ofrecemos tres sesiones de golf a los institutos de la isla”, explica Ferroni que, como directora de la instalación, también ostenta la representación de la Federación Balear de Golf en Menorca. “Mi mayor reto es poder convencer a los menorquines de que se aficionen a este deporte que permite disfrutar de una Menorca diferente. El restaurante del campo está haciendo también una gran labor para que se acerquen y descubran que Son Parc también puede ser su casa y se pueden divertir”, concluye.