Hemos cerrado 2014 con una tasa de paro, según la EPA, del 18,8%, frente al 22,9% de un año antes, y desde marzo del año pasado se ha mantenido por debajo del umbral del 20%. En conclusión, 2014 ha sido el año en el que se ha confirmado el cambio de tendencia, que ya se intuía en 2013, y del inicio de la recuperación del tejido empresarial y laboral. Evidentemente, con respecto a la situación de 2006 y 2007, la recuperación, en cuanto a nivel de empleo y actividad empresarial, no es completa, si bien el crecimiento actual es más sólido, pues en aquellos años se sostuvo en un consumo que crecía debido a las burbujas inmobiliaria y financiera. Sin embargo, la recuperación iniciada en 2013 y 2014 en Balears se basa más en el valor real de nuestra producción. De cara a las previsiones de este año, hace seis meses estas apuntaban a que iba a ser mejor e íbamos a crecer cerca de un 2%, creando más empleo y de más calidad, y ahora, si no hay ninguna sorpresa, no nos cabe ninguna duda de que, por lo menos, se cumplirán estas previsiones, pues la reducción del precio del combustible y la devaluación del euro permitirá que nuestra economía sea más competitiva y dará aliento a las economías europeas de donde proceden nuestros principales clientes, que necesita de estímulos. El próximo martes 3 de febrero conoceremos los datos de parados registrados en el SOIB y de afiliados a la Seguridad Social de enero, por lo que dispondremos de los primeros indicadores de este año. Habrá que estar expectantes, pero las perspectivas son halagüeñas, tal y como he podido comprobar en Fitur el pasado miércoles.
En España estaremos pendientes de los procesos electorales, pero parece que todos los partidos políticos, alentados por las más altas instituciones del Estado y por la propia sociedad, se han concienciado de la necesidad de regeneración y de diálogo en los grandes asuntos de Estado, y si esta regeneración y los acuerdos necesarios se producen, la recuperación económica será más vigorosa.
Pensamos que en 2015 la crisis habrá quedado atrás, estaremos creciendo y creando empleo, aunque aún colearán algunos efectos. La tasa de paro seguirá siendo alta, y los sectores de la industria y de la construcción estarán aún lejos de alcanzar la actividad previa a la crisis.
El gran reto de cara a los próximos 5 años en Balears es romper la estacionalidad de nuestra economía, diversificando el turismo, apostando por la inversión en rehabilitación y en la implantación de la eficiencia energética en edificios y viviendas, y obteniendo un modelo de financiación más justo y mayores inversiones para Balears, así como manteniendo nuestra aspiración a un régimen económico y fiscal con tipos de IVA reducidos, como el que tienen otras islas del Mediterráneo en la Unión Europea.