Últimamente la disponibilidad de financiación para las empresas ha mejorado de forma importante, así como también el costo del servicio de la deuda, los intereses, y los plazos de carencia y amortización se han prolongado de forma ostensible.
La liquidez de que hoy disponen en Europa y en nuestro país las entidades financieras y las condiciones favorables del Banco Central Europeo, junto a la mejora indiscutible de la solvencia de las empresas, permiten que la financiación fluya de forma muy favorable especialmente para proyectos de inversión realistas.
Todo ello redunda en una mejora de la actividad económica, mayor número de personas ocupadas y consecuentemente más disponibilidad económica para los ciudadanos, que además pueden verse favorecidos también con los ajustes impositivos.
Por tanto, junto con una importante reducción de la prima de riesgo en la mayoría de los países de la Unión Europea (países de la zona euro), augura también un auge en el comercio internacional con crecimientos en las importaciones y exportaciones, y sin ninguna duda un más que probable crecimiento del turismo que para nuestra comunidad representa uno de los factores más importantes junto con el comercio y los servicios.
De todo ello puede también felicitarse el mundo empresarial, que es en definitiva y especialmente en nuestra comunidad el mayor impulsor de las actividades económicas, sin olvidar que la mejora y el crecimiento de dichas actividades redundarán sin duda en mayores inversiones públicas, ya que al crecer la actividad general aumenta sin duda la recaudación por impuestos y posibilita mayores inversiones junto a una mejora en el gasto público.
Los importantes esfuerzos que se han hecho en estos años pasados por el mundo empresarial soportando las crisis y las faltas de liquidez bien merecen una consideración y el deseo de que la mejora sustancial de las posibilidades de actividad vaya en aumento.