“Hola, tengo una idea de negocio y quiero que me informen de subvenciones para ponerla en marcha”. Esa es la pregunta más repetida en nuestro gabinete de atención a emprendedores. “Pues lo tienes claro”. Esa es la respuesta más repetida por nuestros técnicos. Si quieres emprender, por la subvenciones no te preocupes, que no hay, salvo contadísimas excepciones.
La financiación depende de muchísimos factores, tipo de empresa, cantidad de recursos propios, fase del proyecto, en qué vas a invertir el dinero, etc. Si tienes una idea para lanzar una startup, la mejor financiación que puedes tener es la que te den tus clientes, vender tu producto o servicio antes de haberlo producido… De verdad, eso es posible y ya lo utilizan muchísimas personas. Pero como eso no es factible en todos los casos, voy a intentar enumerar de dónde podríamos obtener recursos, que no subvención a fondo perdido, puesto que lo tienes que devolver ya sea seguramente con intereses o cediendo parte de tu futura empresa.
Capitalizando la prestación por desempleo (abonando en un solo pago el importe de la prestación por desempleo a las personas beneficiarias); family, friends and fools (es decir, dinero prestado por la familia, amigos o cualquier necio o loco que tenga el valor de invertir en tu idea); business angel o inversores privados, aunque en Balears es difícil encontrarlos puesto que no hay una red o foro especializado en estos temas; crowdfunding (financiación participativa o en masa) en cualquiera de sus modalidades (crowdfunding tradicional o de recompensas, equity crowdfunding o crowdfunding de acciones o el crowdlending o préstamos P2P); el Venture Capital (fondos de inversión que inyectan cantidades entre 100.000 y 1.000.000 €).
Si buscas un préstamo en una entidad financiera, existen multitud de productos en función de cada entidad, si bien algunas ofrecen microcréditos sociales (hasta unos 25.000 €). Y si el banco te pide un aval personal, prueba primero en ISBA.
Tampoco te olvides de que puedes montar una empresa mientras tienes un trabajo por cuenta ajena o propia, y así ir financiando el proyecto mientras tienes un ingreso recurrente, y minimizar así los riesgos.