Torrens, fundada en 1921 por José Torrens, es una empresa de carácter familiar con una clara vocación de crecimiento y expansión internacional. Heredada por Guillermo Torrens, hoy está dirigida por la tercera generación, los hermanos José y Javier, que han redoblada su apuesta por el mundo del turismo.
“Nuestro principal trabajo son las cocinas de hotel y su montaje, además del mobiliario de acero inoxidable que se necesita, cámaras frigoríficas y la parte de buffets... Somos fabricantes, montadores y disponemos de un servicio postventa rápido y ágil, que cubre perfectamente las necesidades de nuestros clientes”, explica José Torrens.
En los inicios se trabajaba con llautó, pero de forma paulatina se fue introduciendo el acero inoxidable. Guillermo Torrens ya orientó la empresa hacia el mundo del turismo, y sus hijos José y Javier han mantenido esta línea, además de iniciar la internacionalización.
“Tenemos delegaciones en la República Dominicana y en Cancún (México). Además, disponemos de fábrica propia en cada una de ellas... Hemos ido hasta allí de la manos de los hoteleros mallorquines. Fabricar en América supone grandes ventajas, a pesar de trabajar en lugares en los que no tenemos una puerta abierta al público”, asegura José, que explica que “ahora mismo estamos tanteando la posibilidad de abrir una delegación, de momento sin fábrica, en Jamaica. Es un lugar complicado, pero estamos pendientes de adoptar una decisión”.
La empresa, que no ha dejado de crecer en facturación y número de trabajadores en los últimos años, está en una clara expansión. De hecho, ya han elaborado diferentes propuestas para el próximo invierno, en el que están previstas numerosas reformas, especialmente en la zona de Calvià y Platja de Palma.
Hacer un trabajo bien hecho, profesional y con esmero es una obligación, pero en el mundo de la hostelería tiene especial relevancia cumplir con los plazos de entrega. “Los hoteles tienen una fecha fija de apertura y tener acabado el trabajo a tiempo es fundamental. Nosotros enviamos el material desde Mallorca a nuestras delegaciones y clientes”, afirma José.
Torrens fabrica una extensa gama de productos adaptados a les exigencias del mercado. El trato directo con el cliente, su dilatada experiencia y disponer de maquinaria moderna y de última tecnología son su gran aval. Realizan mesas de trabajo, carros de servicio, extracciones de humos en cocinas, renovaciones de aire en garajes, elementos de decoración, escaleras de emergencia, puertas de salida de emergencia...
Torrens diseña y fabrica el mobiliario de buffet y showcooking, adaptándose al espacio y al entorno, a las necesidades de cada proyecto y cliente. Todo el mobiliario de buffet se realiza con una estructura portante de tubos en acero, con sus correspondientes refuerzos para soportar el peso necesario. La estructura, además, va forrada con material impermeable, sobre el que se ubica la decoración correspondiente en la zona de servicio. Las encimeras superiores de granito llevan la preceptiva protección térmica de cada elemento. La instalación eléctrica va por el interior, con canaleta.
Torrens es también especialista en equipamiento de refrigeración. Instalan centrales frigoríficas, con ahorro energético superior al de los equipos individuales. Ponen a disposición del cliente la posibilidad de controlar mediante un sistema informático las instalaciones frigoríficas. Instalan también cámaras frigoríficas de obra con aislamiento.
El mundo de la hostelería está en constante evolución y la restauración en los hoteles ha experimentado sustanciales cambios en los últimos años. “Una cocina de hotel tiene una vida limitada, aunque puede alcanzar los 15 años sin grandes dificultades. El todo incluido ha revolucionado de forma importante las cocinas de los hoteles. Antes, había un buffete general para todos. Hoy, ya no es así, puesto que se ofrece la posibilidad de disfrutar de diferentes tipos de restaurantes temáticos”, explica José.
Otro factor que ha incrementado el trabajo de Torrens es la proliferación de reformas hoteleras. La modernización de muchos establecimientos requiere un cambio en la cocina o en el comedor o, incluso, una reorientación del hotel, que a menudo comporta variaciones sustanciales.
Torrens vive su particular temporada alta de noviembre a mayo, cuando los hoteles están cerrados. Los veranos son tranquilos en Mallorca, pero las reformas no acaban nunca en el Caribe.
Torrens tiene un buen presente, pero recuerda perfectamente las dificultades del pasado, al tiempo que se prepara para un futuro mejor. La hostelería es la apuesta de la empresa y los hermanos Torrens tienen claro que trabajar en el extranjero es fundamental, si bien “en ocasiones una pequeña dificultad se convierte en un problema de difícil solución”.
Las principales cadenas hoteleras mallorquinas son clientes de Torrens, aunque no existen unas instalaciones estandarizadas para una misma compañía. “Cada espacio es diferente y cada hotel es un mundo. No existe la fabricación estándar”, explica José, que relata que los hoteleros, en general, son “resolutivos”. “Son exigentes, pero no más que cualquier cliente de otro ámbito”, asegura José Torrens.