Una reivindicación histórica de los empresarios es que su responsabilidad no acaba nunca y que trabajan muchas más horas que sus asalariados. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), su jornada es en concreto un 30% más larga. Sus ocupaciones les llevan cada semana 10 horas más que a los empleados por cuenta ajena, cuarenta horas más al mes, casi un tercio más de jornada laboral.
Las diferentes situaciones profesionales (el Ibestat ofrece cinco) pueden resumirse en dos grandes categorías: empresarios y asalariados. Mientras que los trabajadores por cuenta propia hacen de media 44,74 horas por semana, los trabajadores por cuenta ajena hacen 34,37. Son 10,37 horas más cada semana, un 30,17% más.
En general, sin tener en cuenta la categoría, el número medio de horas trabajadas por semana en Balears es de 36,17. Sin embargo, la cifra varía mucho en función de la situación profesional de cada empleado.
Analizando categoría por categoría los datos del segundo trimestre de 2015, los empresarios con asalariados laboran 46,35 horas a la semana, es decir, más de nueve horas al día en cinco días laborables. Un trabajador independiente o empresario sin asalariados trabaja 43,13 horas por semana, unas ocho horas y media. Los asalariados del sector público son los que registran menos horas trabajadas por semana, 34,32, que no llegan a siete horas al día de media. Y los asalariados del sector privado trabajan casi las mismas horas, 34,42, casi siete horas. El resto, que se encuentran en otra situación laboral, trabajan 42,37 horas cada semana, ocho y media al día.
Desde los últimos doce años esta situación no ha variado en gran medida (como se aprecia en el gráfico adjunto). La media anual se sitúa en torno a las 35 horas. Sin embargo, hay grandes diferencias respecto a la situación profesional. Los asalariados del sector público están igual, y en cambio, los del sector privado han reducido su jornada laboral en torno a una hora (durante la crisis la caída fue mayor, pero se ha recuperado de manera leve). La peor parte se la llevan los empresarios con asalariados, ya que su jornada ha ascendido un 15% y han pasado de trabajar las 40 horas a hacer 46 el año pasado.
Según el presidente de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores de Balears (UATAE), Jeroni Valcaneras, "a un autónomo las diez horas al día no se las quita nadie".
"Como la responsabilidad del negocio recae directamente en ti, al final es bien posible que se acaben haciendo más horas que los trabajadores asalariados", indica, y añade que hay otra dificultad que es peor: "Además de las horas de más, el problema es que no puedes desconectar nunca. Por ejemplo, hay que coger el teléfono cuando sea, también los fines de semana, y el estrés y la presión son muy altos", añade.
Para Valcaneras, este problema no tiene una solución fácil. "Lo ideal sería estar más relajados pero es muy complicado. A los autónomos nos ayudaría que mejorara la accesibilidad al crédito y a la financiación real, y que aumentara el consumo interno", destaca.
POR GÉNERO. Los hombres trabajan seis horas más cada semana que las mujeres, de media. Es decir, una hora más cada día para los hombres. Y analizado por tramos de edad, los que trabajan más horas son los de 45 a 54 años, en ambos sexos. En cambio, los que trabajan menos son el colectivo de 16 a 24 años, tanto hombres como mujeres.
Para ambos colectivos, añade el presidente de UATAE para concluir, lo que realmente cambiará las condiciones de trabajo será que los trabajadores se adapten al horario europeo. "El objetivo de todos es poder conciliar el trabajo con el horario familiar, que es precisamente lo que elimina el estrés. Cuando antes empiezas, antes acabas, esto es mejor para todos porque puedes dedicarte tiempo, liberas tensiones y eres más productivo", sostiene.
Es cierto, los empresarios sufren muchísimo, los que viven bien sin los curritos, que viven alegremente sin preocupaciones. A mi me dan mucha pena los empresarios, por eso en mi trabajo legal, cuando tengo que demandarles, procuro liberarles de sus responsabilidades, embargarles toda su empresa, para convertirlos en felices proletarios.