Una decena de hoteles, centenares de mayores y multitud de comerciantes y de hosteleros de oferta turística complementaria mantienen una calma tensa ante la parálisis del Imserso. Aunque el grueso de los 40.500 mayores que visitan en temporada baja Eivissa gracias al Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) lo hacen a partir de febrero, los hoteles que permanecían abiertos en otoño para albergar turistas de la tercera edad dejarán de ingresar unos 200.000 euros por el retraso en la adjudicación del programa estatal.
El Ajuntament de Santa Eulària, municipio donde más se concentra este tipo de turismo, contempla el retraso con "lógica preocupación" porque "pone en riesgo una de las apuestas más fuertes" que hacen los hoteleros del municipio y la oferta complementaria para luchar contra la estacionalidad. La regidora de Turisme de Santa Eulària, Carmen Ferrer, recordó que el programa del Imserso "estaba permitiendo que algunos establecimientos alargaran la temporada y, con ellos, una parte importante de la oferta complementaria", fundamentalmente, apunta, en el caso de es Canar. En esta localidad, comerciantes han mostrado su preocupación ante la paralización de los viajes del Imserso. Muchos de ellos están pendientes de la confirmación de la llegada o no de mayores en febrero para poder realizar sus pedidos y comunicar a sus trabajadores cuándo les van a poder contratar.
Carmen Ferrer evidenció su preocupación por la incertidumbre de los empresarios de la zona y el retraso en la venta de plazas turísticas: "Espero que no se mantenga la situación hasta febrero. También tengo que decir que estamos preocupados por el hecho de que la comercialización de las plazas debería haber empezado y, si no lo hace, puede ser más complicado cubrir todas las plazas ofertadas".
Desde el Ajuntament de Santa Eulària esperan que las gestiones del Ministerio para zanjar el asunto "den su fruto lo antes posible" para poder asegurar así la actividad económica y los puestos de trabajo que supone alargar la temporada, además de "poder ofrecer a los mayores del municipio la posibilidad de descubrir otros lugares de España y disfrutar de un descanso y un ocio muy merecidos después de toda una vida de trabajo".
Esta incertidumbre, unida al abaratamiento de los precios turísticos, ha llevado a hoteles como el Sol Pinet Playa de Sant Antoni a renunciar al programa y cerrar en invierno para acometer reformas. Es la primera víctima de un retraso que ha hecho encender todas las alarmas en Eivissa.