Este lunes quebró el turoperador inglés Thomas Cook, que llevaba operando desde hace 178 años, dejando en tierra a miles de turistas de todas las nacionalidades, lo que afectará negativamente a corto y largo plazo a muchas empresas vinculadas al turismo en Balears y a sus trabajadores (más de 1.000 personas directamente y otras todavía sin cuantificar indirectamente). Además, hay que tener en cuenta todo el dinero que dejan de pagar a las empresas, principalmente hoteleras.
Esta noticia ha impactado en toda España y especialmente en Canarias y Balears, donde asociaciones de empresarios, administraciones públicas, empresas de transporte, de restauración y el comercio han mostrado su preocupación por el impacto económico que conlleva.
Para algunos es una muy buena noticia; pocos, la verdad, pero los hay, son los que quieren erradicar de golpe la primera industria económica de las Islas. Incluso el mismo jueves, para celebrar el día internacional del turismo, celebraron en Palma una cena comunitaria en contra de este. Ahora bien, aunque no esté de acuerdo con ellos, por lo menos no estropean el patrimonio urbano con pintadas y revindican sus ideales de una forma cívica.
Con este, en los últimos cinco meses han quebrado cinco turoperadores, tres de ellos alemanes y dos británicos, además de algunas líneas aéreas. El mercado británico de viajes está atravesando su particular crisis que está llevando a muchas empresas del sector a la quiebra tras décadas de actividad.
Parece ser que la causa de esta proliferación proviene de los problemas financieros, la incertidumbre y miedo a un brexit duro, la caída de libra y sobre todo de los ingresos de estos operadores turísticos, que se podría achacar a los nuevos cambios y hábitos que experimenta la actividad turística, en donde los viajeros cada vez más recurren a la venta directa para reservar los vuelos, el alojamiento, excursiones, etc.
Hace pocos meses viví en primera persona la quiebra de una compañía área. Además de no empezar con buen pie las ansiadas vacaciones, no he logrado que me devolvieran ni un solo euro de los billetes adicionales y otras contingencias que tuve que asumir, así que les deseo lo mejor a los turistas, residentes y todo aquel que haya podido verse afectado por la quiebra de Thomas Cook.