Transcurrido un cierto tiempo y por tanto, ya con pericia con el teletrabajo, se eligió una muestra de mandos intermedios para analizar la experiencia vivida de trabajar desde casa o desde fuera de la oficina.
Los sentimientos de exclusión quedaron por debajo de la apreciación del componente de autogestión. Se constató un alza de la productividad, la libertad para utilizar su tiempo y la recuperación de la autonomía.
El Teletrabajo ha aproximado a determinada gente, propiciando la creación de grupos de Whats app independientemente de las herramientas informáticas aportadas por la empresa y se han tenido que aumentar los anchos de banda. De entrada, su capacidad resultó insuficiente. En un intento de clasificar actitudes que surgieron en función de la procedencia de los trabajadores, se observó que los derivados de empresas burocráticas, crearon menos problemas, seguramente porque las relaciones eran formales, regladas y predecibles. En cambio cuando se trata de empresas de organización flexible, con relaciones rápidas y espontáneas el paso al teletrabajo puedes ser una regresión, sino se planifican y repiten los encuentros, o en cualquier caso se superan los temores a los entornos compartidos en remoto, con riesgo de ciberdelincuencia.
Para ampliar la visión de estos últimos meses, podríamos intentar hablar de ganadores y perdedores: entre los primeros, los que gestionan, se ocupan de la gente, organizan el trabajo, ponen en práctica la decisión, jefes de línea en la industria, directores de agencia en un banco, las jefaturas de proximidad, en contacto directo con los equipos de gestión. Son perdedoras, las funciones de apoyo, las direcciones de recursos humanos, los que emiten los procedimientos, las reglas que permiten controlar lo que hacen los demás y, en fin todo un conjunto de normas que comprenden restricciones que impiden las rápidas adaptaciones, ingeniosas y necesarias.
Frente a la crisis sanitaria, las funciones de apoyo han adoptado dos estrategias diferentes; la primera ha sido olvidarse de las reglas y la segunda acentuar los procedimientos hasta llegar a situaciones absurdas. Inmersos en una crisis que no terminado aparecen en las encuestas, capacidades para reinventarse.
Finalmente recomendamos evitar el estrés que puede engendrar la insidiosa interferencia de lo privado con lo profesional; en el caso de reuniones y conferencias con Skipe, evitar la visión más allá de la propia morfología. Regular lo mejor posible los horarios y citas evitando fastidiar. Mantener claridad en el orden del día. Fomentar encuentros presenciales periódicos para no perder el contacto entre las personas y la solución que puede tener más futuro: combinar el teletrabajo y la oficina, en fórmulas de cuatro días, y uno o tres y dos, durante la semana. “La creatividad y las ideas sólo surgen del contacto directo”. La mejora de las conexiones con precios y calidad adecuados apoyará nuevas oportunidades territoriales.