El economista Antonio Alcover, secretario general del Consell Econòmic i Social de les Illes Balears, no duda en asegurar que la economía va bien, que las cifras de afiliados a la Seguridad Social y parados son extraordinarias, aunque contempla también serias dificultades. «Balears va muy bien. La memoria del CES, que presentamos hace ya unas semanas, reflejaba que Balears ha salido de la crisis de forma muy potente. De hecho, Balears creció un 3,7% en 2023 y España un 2,5», explica e incide en que 2019, el último año prepandemia, apuntaba a una pérdida de impulso de la economía de las islas. «Hemos salido de la crisis provocada por la pandemia de forma vigorosa», asegura.
Alcover apunta a la estacionalidad y explica que es uno de los problemas más graves que padece Balears. «La estacionalidad está muy presente en la economía de Balears. La realidad es que el paro es prácticamente estructural, residual, en el tercer trimestre, pero se dispara en el primero. Es muy difícil crear empleo estable, a jornada completa y de calidad cuando hay numerosos hoteles que están cerrados durante seis meses», indica. La productividad es señalada como el gran problema de Balears. «No hay un vínculo unívoco entre la productividad y la caída de la renta per cápita. Hay otros factores que influyen. De hecho, la productividad no va tan mal en Balears. Podríamos decir que desde el 2000 hasta el 2008 baja la productividad, pero desde entonces hasta la actualidad no tiene tan mal comportamiento», manifiesta y apunta a que «con una economía tan estacional como la de Balears es muy complicado mejorar la productividad».
En todo caso, Alcover no se atreve a señalar a la estacionalidad como el problema más importante que han de afrontar las islas. «En Balears, los hoteles no están abiertos todo el año. No soy capaz de saber qué pasaría si desapareciera la estacionalidad y los establecimientos turísticos pudieran mantenerse abiertos durante casi todo el año. Seguramente, la renta per cápita se dispararía», afirma.
El secretario general del Consell Econòmic i Social de Balears considera que el continuo aumento de la población que han experimentado las Islas en los últimos años es producto de las excelentes condiciones de vida y trabajo.
«Hasta ahora, ha sido así, pero en estos momentos existe un problema gravísimo de falta de vivienda. No es una cuestión que pueda solventarse en el corto plazo. Puede incentivarse que los pisos vacíos entren en el mercado de la vivienda, ya sea de compra-venta o de alquiler, puede conseguirse también que algún local comercial se convierta en vivienda... La solución, en todo caso, llegará a largo plazo», señala y recuerda que la construcción de pisos no tiene lugar de hoy para mañana. «Hay que considerar que desde que se toma la decisión de construir una vivienda hasta que está acabada pasan tres o cuatro años. Por tanto, las soluciones que se adopten hoy pueden tener efecto dentro de varios años. En definitiva, que la falta de vivienda asequible es un grave problema, como la movilidad», apunta Alcover.
El secretario general del CES señala las soluciones apuntadas por Margalida Prohens durante el debate de política general, pero recuerda que está previsto que esté finalizado en 2032. «La presidenta anunció la construcción de un tren hasta Llucmajor, que tendrá paradas en Son Llàtzer y el aeropuerto, además de poner en funcionamiento un gran aparcamiento disuasorio. Es una solución, sin duda, para algunos de los problemas de acceso a Palma. En todo caso, llegamos tarde al metro. No son soluciones inmediatas, aunque alguien debe empezar las obras. Una buena red de metro hubiera hecho de Palma una ciudad más amable», afirma.
El informe del CES referido a 2023 refleja que el sector servicios gana fuerza en Balears en comparación con 2018. «El sector servicios cada vez es más amplio, incluye un número cada vez mayor de actividades de alto valor añadido», afirma. Alcover, en este punto, recuerda que en todas las economías hay una actividad predominante. «En economía regional hay un modelo que se denomina modelo de base exportadora. Las regiones crecen porque hay un sector que cubre todas las necesidades locales (educación, sanidad, alimentación, etc.) y, además, es exportador. En Mallorca lógicamente es el turismo. En todos los lugares, hay una, dos o tres actividades que son su base exportadora e impulsan el crecimiento regional. Son las que estiran de la economía. Es verdad que aquí todo depende del turismo. El sector del calzado, el textil eran la base exportadora hasta los años 60, pero la economía cambia, se transforma.», manifiesta. Alcover no pronostica la próxima muerte del turismo, aunque destaca que «no hay negocio que dure eternamente», aunque «siempre habrá turismo».
La existencia de trabajadores pobres y el hecho de que sean muchos los residentes que, pese al constante incremento de visitantes, no viven mejor, preocupa al CES. «Sin duda, vivimos mejor que en las décadas precedentes, pero siempre queremos más. En Balears, tenemos más renta que la media española y atraemos a gente. Aquí se vive bien. Si la gente viene a Balears a vivir y a trabajar es porque tan mal no lo estamos haciendo», señala.
Respecto a la sensación de muchos residentes de que cada día se vive peor, Alcover explica su posición y destaca que superar la masificación es un gran reto para las islas. «En Balears se vive mejor que en las comunidades de origen de las personas que vienen. La masificación es un gran reto, sin duda. Hay que estudiar de forma seria y profesional la capacidad de carga de las islas y adoptar decisiones valientes. Hay que buscar soluciones a la masificación», indica.
La solución más obvia puede parecer que es que vengan menos turistas. Alcover tiene claro que limitar no puede ser la única solución. «Hay que buscar soluciones consensuadas con los principales actores del sector y las administraciones. Hay que conseguir que vengan menos en el mismo momento. Hay que desestacionalizar, buscar alternativas al sol y playa, buscar nuevas atracciones turísticas… Es un reto compartido por muchos destinos. Limitar, reducir el número de plazas turísticas no puede ser la única solución. El número de personas que pueden llegar a Balears está limitado por el número de camas disponibles», manifiesta.
El secretario general del CES prioriza la lucha contra el alquiler turístico ilegal, pero tiene claro que debe satisfacerse a la demanda. «El problema no son las plazas de alquiler turístico, sino las plazas en su conjunto. Yo tengo una visión más liberal y creo que debemos adaptarnos a la demanda. Desde el 2000 se ha disparado la demanda de alquiler turístico y creo que se pueden limitar las plazas, pero no decir de qué tipo han de ser. Han de poder intercambiarse en función de la demanda», asegura y se muestra contrario a la afirmación generalizada que las plazas hoteleras sean de alto valor añadido y las de alquiler vacacional, no. «Creo que no deben mezclarse usos y que las comunidades de propietarios han de poder decidir. Hay edificaciones en Balears que están más pensadas para estar de vacaciones que para vivir todo el año», indica y apunta que «las plazas ilegales, evidentemente, deben ser eliminadas». «Hay que ser inflexible. La legalidad debe respetarse siempre», afirma.