Lo de «a perro flaco todo son pulgas» se puede aplicar a la industria automovilística en los últimos años: Leyes sobre el diésel, incertidumbre sobre los vehículos eléctricos, cuellos de botella de componentes tras la COVID, riesgo de crisis económica (es uno de los sectores más cíclicos), irrupción de China y aranceles a componentes y a los propios coches.
Posiblemente a mucho lector le haya pasado esto desapercibido a no ser que:
(i) se haya tenido que comprar un coche, (ii) tenga en su cartera de inversión algún fabricante (directamente o vía fondos) o (iii) trabaje en la industria.
Realmente no suele ser una parte importante de las inversiones, pero sí se trata de un sector fundamental para la economía: es aproximadamente un 7% del PIB de la Unión Europea.
Y ojo, porque para España todavía es más importante: es la segunda industria tras el turismo y la primera en exportaciones.
Por lo tanto, se trata de un sector relevante, castigado por numerosas noticias negativas, pero que tiene que seguir siendo importante. ¿Qué pasará si algunos de estos problemas enumerados inicialmente se solucionan? Estamos hablando de un sector con valoraciones muy atractivas en algunos casos, pero a su vez es un sector con empresas muy poco homogéneas. Por ejemplo, tenemos algunos que se podrían integrar en lujo como Ferrari, Tesla, Aston Martin o Porsche. Aún así el comportamiento es muy distinto: mientras las dos primeras han subido mucho, la otras dos están en mínimos. Y eso que Tesla, por el auge de eléctricos chinos, aranceles y problemas personales con Trump, ha sufrido mucho en los últimos meses. A este sector lujo se le podría añadir Mercedes o BMW, ya que sus principales ventas son de gama alta, y ya entre los vehículos de clase media con más público objetivo están Stellantis, Ford, Renault…
Otro subsector podría ser el que busca absorber más mercado de eléctricos: además de Tesla, los asiáticos con japoneses y chinos muy avanzados. Incluso podemos buscar compañías con relación con el deporte del motor, principal banco de pruebas e inversión en publicidad de los fabricantes. Para buscar esa doble ventaja (megatendencia de deporte y descuento de los fabricantes) las principales marcas serían Ferrari, Toyota, Stellantis (Opel, Peugeot o Masserati), Volkswagen (Audi, Ducati), o Renault (Dacia, Alpine).
Posiblemente demasiados factores para que un inversor elija y pueda comprar varias acciones manteniendo una diversificación sectorial de las carteras. De nuevo los fondos deberían ser una gran ayuda, pero a pesar de ser una industria tan fuerte, en bolsa pesa poco y no hay mucha gama.
Hay algún ETF específico (iShares STOXX Europe 600 Automobiles & Parts) pero en fondos tradicionales es más complicado. Podemos ver coches en algunos fondos de consumo (Pictet Premium Brands, True Time SICAV, BGF Future of Transport), en geográficos, sobre todo los de Japón (Arcus Japan)o incluso en globales (FvS Multiple Opportunities). En breve empezará una nueva ronda de presentación de resultados trimestrales que empezará a despejar dudas (para bien o para mal).