La pandemia seguramente no nos acabó de hacer mejores personas pero sí que sirvió para que emergiera una nueva generación de deportistas aficionados a la raqueta, tras la prohibición inicial de practicar deportes de contacto. Fue este contexto de cambio el que acabó de impulsar la idea que ya tenía Lluís Vilà hacía tiempo de democratizar el acceso a una preparación física adecuada en juegos como el tenis, el pádel o el pickleball, una disciplina a medio camino del tenis, el bádminton y el ping pong que ha irrumpido con fuerza.
La propuesta impulsada junto Toni Bota para que los usuarios amateurs pudieran entrenar como profesionales, se alzó el pasado mes de abril con el premio nacional a la mejor startup del país en la edición 2024 del programa ‘Impulsa Startups’ que impulsan las Cámaras de Comercio de España. Un aval que les permitió poder estar presentes en uno de los eventos más importantes de startups celebrado en junio en Madrid y poder seguir trabajando con el objetivo de que su aplicación móvil pueda ser una realidad antes de final de año.
ENTRENAMIENTO.
La propuesta llamada Bivo (las iniciales de los apellidos de los dos fundadores intercambiadas) se basa en una idea sencilla pero ambiciosa de crear una app que permita a cualquier deportista de raqueta el poder entrenar cuándo y dónde quiera, con un plan específico adaptado a sus necesidades, nivel y material disponible. «Lo que hasta hace poco requería acudir a un gimnasio, contratar a un preparador o seguir rutinas genéricas online, ahora podrá gestionarse desde una aplicación móvil que aprende de los hábitos del usuario», explica Lluís Vilà, fundador junto a Toni Bota de la startup. Gracias al uso de inteligencia artificial, la app sugiere rutinas personalizadas según el deporte que se practique, sea pádel, tenis, o pickleball, el tiempo disponible, el historial físico y los objetivos definidos. «Como padre y como deportista, siempre había sentido la necesidad de poder entrenar en el momento en que pudiera y con lo que tuviera a mano. Esa es la solución que queríamos crear», explica Vilà.
Aunque el proyecto arrancó formalmente en junio de 2024, su gestación se remonta algunos años atrás. Lluís Vilà, profesor de economía y marketing en el CEIP Joan Mir i Mir de Maó, y con un largo historial en el deporte amateur y de alto nivel en disciplinas como la vela o el pádel, llevaba tiempo madurando una idea que uniese el entrenamiento personalizado con una herramienta accesible desde el móvil. El paso decisivo llegó cuando conoció a Toni Bota, preparador físico de deportistas de élite, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y con experiencia con atletas de alto nivel en tenis, vela, rugby o natación. Bota sabía qué necesitaba un deportista de raqueta y cómo podía optimizarse su rendimiento.
El encuentro no fue casual, ya que fue Joan Casasnovas, profesor de educación física y amigo común, quien los puso en contacto cuando Vilà buscaba a alguien con el perfil de Bota. «Primero que fuera buena persona, y luego que supiera mucho de deporte», resume el propio Vilà. La química entre ambos fue inmediata y pronto se unieron para dar forma a una propuesta conjunta. La idea encontró su momento clave con la entrada en el programa Impulsa Startups 2024, que comenzó en Menorca en septiembre de 2024. La iniciativa, impulsada por la Cámara de Comercio de Menorca con la colaboración de la incubadora Startups liderada por Juan Carlos Bugallo, ofrecía formación, mentorización y acompañamiento a una quincena de proyectos emprendedores. En el caso de Bivo, este proceso fue vital para convertir un concepto en una propuesta de valor sólida, con un plan de negocio, un modelo escalable y una hoja de ruta clara.
A lo largo de cuatro meses, el equipo recibió asesoramiento financiero, legal, comercial y tecnológico, además de construir una red de contactos con otros emprendedores menorquines. «Fue una experiencia intensa, pero tremendamente enriquecedora. Nos ayudó a estructurar el proyecto, validar hipótesis y preparar el camino hacia el mercado», explica Toni Bota. En enero de 2025, Bivo se alzó con el primer premio de la fase insular y de este modo pasó a la fase nacional. Allí, entre las 25 cámaras de comercio participantes, se seleccionaron ocho startups de 400 candidatas que accedieron al ‘Demo Day final’. El evento, celebrado en Madrid el pasado 2 de abril, coronó a Bivo como la mejor startup del país en esta edición del certamen, reconociendo tanto la escalabilidad del modelo como su capacidad de impacto social y comercial.
La guinda del pastel fue su paso por la feria South Summit de Madrid, una de las citas más importantes de nuestro país. Allí, además de presentar la app ante inversores especializados en deporte y tecnología, pudieron medirse y rodearse de todo el ecosistema emprendedor nacional y asistieron a ponencias inspiradoras . «Incluso el Rey de España, cuando visitó nuestro estand, se mostró interesado en probar nuestra aplicación como aficionado al pádel», explica Lluís Vilà.
EQUIPO.
Actualmente, la app se encuentra en fase avanzada de desarrollo, con un grupo de cien testers que han de encargarse de validar diferentes funcionalidades y niveles de personalización. «El objetivo es lanzar el producto mínimo viable (MVP) en el transcurso de 2025, iniciando con un enfoque centrado en deportistas amateurs, aunque sin perder de vista su aplicabilidad al entorno profesional», comenta Toni Bota. «El amateur es nuestro cliente natural, pero el vínculo con el entorno profesional nos permite aplicar métodos testados al más alto nivel, como se hace en la Fórmula 1 con la tecnología que acaba llegando a los coches de calle», explica Bota.
De momento ya cuentan como usuaria en pruebas a Sara Chumilla del equipo Komodo, campeona estatal de pickleball. Bajo el lema ‘Live like a person, train like a pro’, Bivo quiere ofrecer al usuario la sensación de que, sea cual sea su nivel, está entrenando como un profesional. Además de sus dos fundadores, el equipo lo completan Andrés Spitzer en la dirección tecnológica, Marta Pons como responsable de diseño, Ferran Sánchez como director creativo, Josep Pons en el área financiera y Eric Mozos en desarrollo. Una estructura de «economía de garaje», como ellos mismos la definen, pero con talento y motivación de sobra.
Este mes de julio ya se han constituido societariamente, convirtiéndose en la primera startup formalizada a través del servicio de acompañamiento empresarial de la Cámara de Comercio de Menorca. Su director, Eugenio Ayuso está muy orgulloso del proyecto y del gran futuro que les espera. Además, también han iniciado los trámites para poder incorporarse en breve en el programa EmprenBit del ParcBit. Desde ahí, esperan continuar desarrollando su prototipo en un entorno favorable para la innovación. «No somos una empresa con cientos de desarrolladores. Trabajamos con recursos limitados, pero con muchísima convicción y realismo. Sabemos lo que podemos aportar y vamos a por ello», concluye Vilà.