Google lo ha vuelto a hacer y ha lanzado un producto con nombre simpático y potencia arrolladora. Nano Banana no es un gadget de moda, sino la nueva función de su app Gemini, que ha conquistado internet en pocas semanas. Detrás del curioso nombre se esconde una herramienta de inteligencia artificial capaz de editar fotos con una coherencia visual que hasta ahora parecía imposible. La magia está en que no «rompe» la imagen original. Puedes cambiar fondos, fusionar dos fotos o pedirle que te vista con un look distinto y el resultado sigue pareciendo natural, sin esos errores típicos de otras IAs. Por eso se ha popularizado la tendencia de convertirnos en mini-figuritas 3D, como si fuéramos muñecos de escritorio. Divertido para redes sociales, pero también útil para marcas que buscan diferenciarse.
Para una empresa de moda, significa poder mostrar un mismo vestido en distintos escenarios sin organizar varias sesiones de fotos. En el sector turístico, permite recrear escenas aspiracionales: un cliente en una terraza con vistas al mar, un grupo disfrutando de un concierto, con rapidez y bajo coste. Incluso en ecommerce facilita probar estilos o fondos que antes requerían edición profesional.
La otra cara es la responsabilidad: Google ha incorporado marcas de agua visibles e invisibles para identificar contenidos creados con Nano Banana. Y no es casualidad: la coherencia que aporta esta IA acerca el reto de los deepfakes, un terreno en el que la confianza será clave para empresas y consumidores.
La conclusión es clara, Nano Banana democratiza la edición de imágenes, acercando a cualquier pyme lo que antes solo estaba al alcance de grandes equipos creativos. Y lo hace con una interfaz tan sencilla como pedirlo en un prompt. Una oportunidad que permite que con algo de imaginación llevemos nuestras redes al siguiente nivel. ¿Las has probado ya?