Un vídeo casi de ciencia ficción de rascacielos que se iluminan con colores chillones frente a Donald Trump arengando a la Guardia Nacional en su despliegue en Washington. La periodista Ana Fuentes introdujo con este vídeo las distintas narrativas de marca de las dos potencias. «Con estilos distintos quieren imponer su marco en la conversación pública. Basan su imagen en eslóganes y son magos en viralizar. Son narrativas y estrategias de soft power», explicó.
Mientras China, explicaron luego los embajadores, quiere trasmitir, sobre todo al Sur Global que es un modelo de desarrollo y modernización. Trump opta por otra vía, una muestra de poder. Toda la intervención estuvo salpicada de este tipo de vídeos para introducir los distintos bloques del diálogo: la caída de las bolsas ante la irrupción de Deep Seek, la IA china, por ejemplo. «Al final, también China y EEUU son dependientes mutuamente, no pueden romper de golpe», explicó la periodista, experta en política internacional que ha estado en ambos países.
Otra de las frases de la charla, la pronunció Cabanas, citando a un académico norteamericano: «China es un país de ingenieros, Estados Unidos es un país de abogados que a todo le ponen pegas». Ironías en torno al choque de dos potencias. Una de ellas, fundada hace tres siglos y la otra, como recordó Dezcallar, que es un imperio desde hace milenios y supera un siglo negro.