El último informe publicado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre productos con Denominación de Origen Protegida sitúa al queso Mahón-Menorca entre las tres principales denominaciones queseras de España. Con 2,6 millones de kilos certificados en 2024, la DOP menorquina solo queda por detrás del Queso Manchego, con más de 17 millones de quilos y del gallego Arzúa-Ulloa, que supera los tres. Le siguen Idiazabal, Cabrales o Torta del Casar, lo que confirma el peso alcanzado por el producto menorquín en el panorama nacional. Este mes de octubre la DOP Mahón Menorca celebrará su cuarenta aniversario desde su registro poniendo en valor el compromiso de ganaderos, queserías y maduradores que mantienen viva una tradición centenaria y que han sabido adaptar su trabajo a los nuevos tiempos.
ORÍGENES.
La Denominación de Origen Mahón Menorca nació oficialmente en 1985 y quedó registrada en la Unión Europea en 1996. Hoy agrupa 96 fincas ganaderas, 50 queserías y 40 locales de maduración, que engloban a más de 400 personas vinculadas directamente al sector. Desde hace un año, Carol Quevedo ocupa la gerencia del Consejo Regulador sustitución de Piedad López, que ha estado prácticamente desde sus inicios. Procedente del ámbito de la seguridad alimentaria, la nueva gerente ha asumido el reto con una visión técnica y una vocación de consolidar el control de calidad y reforzar la promoción como tareas estratégicas de su cometido. «Nuestra función tiene dos ejes principales. El garantizar que todos los productores cumplan con el pliego de condiciones que marca la DOP y dar a conocer el valor del queso Mahón-Menorca, su origen, su tradición y su garantía de autenticidad», explica.
«Hay un trabajo muy exigente de verificación de todo el proceso, desde la granja hasta la maduración. Cada semana, durante la campaña, el panel de cata analiza los quesos y evalúa que respondan al perfil sensorial establecido», destaca. La consistencia en el control es lo que permite que el producto mantenga su reputación dentro y fuera de la isla, donde su sabor ligeramente salino y con notas de mantequilla, se ha convertido en una de las señas de identidad gastronómica de Menorca. Respecto a la labor de promoción, es el Consejo Regulador el que se encarga de definirla y que luego desde gerencia se encargan de ejecutar.
MERCADO.
El año pasado la DOP Mahón-Menorca consiguió su mejor cifra de comercialización de la historia con 2.604 toneladas, un 1,72% más que el año anterior. Las 49 queserías inscritas, de las cuales 43 son artesanas, produjeron en conjunto 3.523,2 toneladas de queso con una cifra de negocio total de 24,7 millones de euros. Los datos de este año todavía no están disponibles pero las previsiones apuntan que será difícil conseguir superar este resultado, tal y como apunta Carol Quevedo. Respecto a las ventas, el mercado de la DOP Mahón-Menorca sigue muy concentrado en el archipiélago cuyo 70% de la producción se vende en Balears, con un 21% en Menorca y el resto en Mallorca, Eivissa y Formentera. Fuera del archipiélago, Catalunya representa un 13,2% de las ventas nacionales, mientras que el resto del Estado absorbe un 9,4%.
En conjunto, el mercado nacional experimentó un incremento del 17%, compensando así el descenso registrado en las exportaciones internacionales. A nivel mundial, el queso Mahón-Menorca está presente en 44 países, con 191.916 kilos exportados en 2024, equivalentes al 7,37% del total comercializado. Estados Unidos continúa siendo el principal destino con 110.568 kilos, el 57,6% de la exportación total, seguido de República Dominicana, Alemania, Reino Unido y México. «Las exportaciones se han resentido en los dos últimos años, pero el consumo nacional se ha mantenido fuerte. Es un equilibrio que nos da estabilidad», señala Quevedo. La incertidumbre provocada por los nuevos aranceles estadounidenses preocupa también al sector, especialmente por la inversión en promoción realizada en ese mercado. «Son procesos largos que requieren constancia y apoyo institucional. Cualquier cambio puede frenar el avance», destaca.
PROMOCIÓN.
Pese a las incertidumbres, Mahón-Menorca sigue defendiendo su posición como una denominación sólida. Su volumen la sitúa en el tercer puesto nacional, pero lo que la distingue no son las cifras, sino su coherencia territorial, ya que toda la cadena de producción se desarrolla en la isla, manteniendo viva la tradición. «El consumidor que compra un queso con DOP está defendiendo una manera de hacer las cosas, un oficio y un paisaje», comenta Carol Quevedo. Una idea que conecta con la tendencia creciente hacia los productos de calidad diferenciada, que representan menos del 10% del volumen total del queso producido en España pero concentran el mayor valor añadido y contribuyen de forma decisiva a mantener la vida rural. «No se trata solo de vender más, sino de que el consumidor comprenda lo que hay detrás de cada pieza. La historia, la tradición y un compromiso con la isla», destaca su gerente.
Las acciones actuales de promoción están centradas en la restauración y la divulgación gastronómica, mientras se busca reactivar la proyección internacional con apoyo del ICEX. Este fin de semana participaran en la Fira del Formatge que organiza el Ajuntament de Maó por el hecho que la ciudad alberga una Denominación de Origen Protegido y que se enmarca en las Rutas Europeas del Queso. «Todo lo que sea promocionar nuestro queso y su denominación de origen es una ayuda para el campo de Menorca», apunta Quevedo.
NUEVO REGLAMENTO.
Uno de los objetivos de la nueva gerencia es poder mejorar la digitalización del sector del queso con el objetivo de facilitar los procesos de inscripción. «Queremos digitalizar procesos, facilitar los trámites y mejorar la comunicación con los inscritos. Hoy aún se invierte demasiado tiempo en gestiones que podrían resolverse de forma electrónica», comenta Quevedo. Su objetivo es que tanto las pequeñas fincas familiares como las empresas más grandes «se sientan representadas y valoradas». Otra de las cuestiones que siguen de cerca es la nueva Política Agraria Común y la evolución de las ayudas públicas, ya que condicionan enormemente el futuro del sector. «Dependemos en gran medida de la estabilidad administrativa. Cualquier recorte puede afectar directamente a la viabilidad de las explotaciones», advierte.
A nivel europeo, en 2024 se ha publicado también el nuevo reglamento europeo sobre DOP e IGP agroalimentarias, que ha reforzado la protección de nombres y denominaciones frente al uso indebido en temas como el comercio electrónico o la publicidad. «Ahora ninguna marca puede utilizar el término «Mahón-Menorca» sin estar certificada. Además, se exige que figure claramente el productor en la etiqueta, lo que aporta transparencia y confianza al consumidor», concluye la gerente.