La dirección de Podemos fija su nuevo marco de relaciones con Sumar y condiciona cualquier acuerdo electoral en el futuro a la elaboración de las listas a la celebración de primarias «abiertas», «sin restricciones ni veto». A su vez, manifiesta claramente que son un proyecto político propio y subraya que no existe la posibilidad de doble militancia en la formación (opción que sí deja abierta los estatutos de Sumar), por respeto a sus propios órganos y a las demás fuerzas políticas.
El partido morado también deja patente en el proceso de redefinición de su estrategia política su deseo de llegar a pactos de unidad en la izquierda en citas electorales (la más cercana son los próximos comicios europeos), pero garantizando que «exista respeto mutuo a la autonomía» entre las distintas formaciones que se coaliguen. Así lo recoge el documento 'La fuerza para seguir transformado' que la formación somete a partir de ahora para debate y aportaciones de sus bases, con el objetivo de redefinir su hoja de ruta para los próximos años.
Un proceso de rearme político que como ha explicado hoy su líder, Ione Belarra, concluirá el próximo 4 de noviembre y con el que se pretende reforzar al partido en el plano organizativo y garantizar su autonomía política.
Una de la conclusiones del texto es la convicción de que Podemos «jamás» va a compartir el «retorno» a la «vieja cultura política pre15M, de despacho y de dirigentes que llevan 30 años ocupando cargos públicos y orgánicos». También rechaza desplegar una «noción tecnocrática» o «aristocrática» del «gobierno de los mejores», sino que mantendrá su «seña de identidad» de fomentar las consultas a sus bases frente a las «dinámicas antiparticipativas» que siguen «imperando» en las principales fuerzas políticas.
Durante un multitudinario acto celebrado este sábado en el Círculo de Bellas Artes, junto a la titular de Igualdad, Irene Montero, y con el grueso de la cúpula del partido, Belarra ya ha advertido a Sumar que, el partido instrumental liderado por Yolanda Díaz, que las condiciones del acuerdo electoral para los comicios del 23J no pueden volver a repetirse, donde se excluyó a Montero y por el adelanto electoral no hubo primarias para confeccionar las candidaturas.
Es más, ha criticado que esa confluencia en torno a Sumar no puede denominarse un proceso de unidad porque fue injusta para su partido (con puestos de salida que les reportó cinco escaños) y ha incidido en que su responsabilidad es preservar la autonomía y la forma de hacer política que ha marcado a Podemos desde sus inicios.
Los desencuentros entre Podemos y Sumar son patentes desde hace meses y recientemente se han producido quejas, sobre todo a raíz de quedar fuera de las portavocías adjuntas del grupo parlamentario en el Congreso. Desde la formación morada se ha denunciado que Sumar trata de invisibilizarles, lo que solo reporta «desilusión» en el espacio de la izquierda transformadora.
En este sentido, el documento sometido a análisis de las bases de Podemos también ahonda en que la unidad electoral se buscará cuando «resulte útil, conveniente y eficaz desde el punto de vista político y electoral».
Para el proceso que abre ahora el partido para su rearme ideológico y organizativo, Podemos pone como metas definir un programa de legislatura, potenciar el protagonismo de la militancia y crear nuevos canales de participación política, poniendo énfasis en el ámbito digital.
Por otro lado, el texto sigue la línea marcada por Belarra en su discurso con su visión crítica del resultado de Sumar en las pasadas elecciones generales, donde a pesar de que se frenó el intento de la derecha de llegar a la Moncloa el espacio a la izquierda del PSOE ha retrocedido "notablemente" en número de escaños y votos con relación a 2019, cuando el partido morado lideraba la confluencia Unidas Podemos.
«Hace dos años y medio propusimos a Yolanda Díaz como candidata del conjunto del espacio con el objetivo de ampliar nuestros resultados electorales y aspirar a ser la fuerza mayoritaria del bloque progresista. Lamentablemente las expectativas no se han cumplido», subraya el documento.
Además, en la senda de lo planteado durante el acto de este sábado, Podemos alerta de que hay «peligro» de que el PSOE esté «tentado» a desplegar un Gobierno de «transición», a modo de «prórroga» de la etapa anterior, y «no quiera pelear» por sacar adelante «ninguna medida de izquierdas».
No obstante, el documento proclama que Podemos «no tiene ninguna intención de rendirse» y «aspira a seguir siendo no solo fuerza de Gobierno con competencias, recursos y peso específico propio, sino el principal motor de las transformaciones sociales, feministas y democráticas más ambiciosas».
Precisamente, la líder del partido ha marcado los requisitos que plantea su organización de cara a una futura investidura del presidente en funciones, Pedro Sánchez, y propone subir el salario mínimo interprofesional al menos a 1.500 euros, congelar los alquileres durante toda la legislatura, derogar la Ley 'Mordaza' y hacer permanente las ayudas al transporte público. Y además, entre otras medidas, ha apuntado que es "imprescindible" que Montero repita como ministra de Igualdad.
«Desde nuestra autonomía política y dando las batallas como siempre las hemos dado. Estamos convencidas (...) de que es la única vía para recuperar una mayoría de izquierdas en el Congreso y aspirar de nuevo a ser la fuerza mayoritaria del bloque progresista», reseña el documento que esboza la nueva hoja de ruta. También asume que su valentía sea tachada de «ruido» por sus aliados, pero está convencido que sin sacar a la opinión pública los debates en la coalición se derivará a un Gobierno de «retroceso y asimilación de la fuerza más transformadora a la más conservadora».
Además, reprocha que se utilice el concepto de «polarización» contra Podemos, dado que eso pretende solo frenar avances y «equiparar y meter en el mismo saco» a «demócratas y a reaccionarios. Ni machismo ni feminismo, ni deportar migrantesni reforzar la sanidad pública, ni defender a Franco ni defender el ingreso mínimo vital», alerta la formación.
Por tanto y en contraposición a la posición expresada repetidamente por Díaz, contraria a generar «ruido» y centrarse en la política útil, Podemos rechaza la apuesta de «bajar los decibelios» porque conlleva el riesgo de que «todo siga igual» si se reedita una coalición con el PSOE. «Ni fascismo ni feminismo: bipartidismo», apostilla el informe elaborado por la cúpula de Podemos.
Por otro lado, mantiene su apuesta estratégica de trabajar por un «horizonte republicano» para que, a medio plazo, España adopte una república «federal y plurinacional», donde todos los territorios tengan su encaje en el conjunto del Estado y se respete su «diversidad».