El secreto sobre la opacidad de las finanzas de Tony Blair fue desvelado ayer por el diario The Guardian, que hace unos días lanzó un concurso global a través de su edición electrónica para animar a contables y economistas de todo el mundo a averiguar el secreto de Blair.
El concurso ha sido ganado por el contable británico Richard Murphy, de 51 años, que a través de los documentos públicos puestos por el diario a disposición de los lectores ha llegado a la conclusión de que Tony Blair se está aprovechando de un agujero legal de la normativa que regula un tipo de compañía creado en el año 2000 para ocultar una parte de sus ingresos.
Por el momento es desconocida la cuantía de esos ingresos, por los que podría estar tributando en paraísos fiscales a pesar de que aparentemente es un contribuyente fiscal británico. En síntesis, Richard Murphy ha averiguado que el principal vehículo de los negocios del ex primer ministro es la sociedad Windrush Ventures No 3 LP. Pero Blair, según ElPaís.com ha interpuesto una segunda sociedad, de responsabilidad limitada, Windrush Ventures No 2 LLP, que es la que en realidad controla la compañía operativa, llamada Windrush Ventures Ltd.
Esta estructura, perfectamente legal aunque de dudosa moralidad en un político laborista, implica 12 sociedades distintas de las que seis cuelgan de la estructura de Windrush y otras seis de una estructura paralela llamada Firerush. El resultado: que Blair sólo está legalmente obligado a declarar los ingresos de Windrush y se sabe que estos han superado los 6'75 millones de euros. Pero no se sabe cuántos otros ingresos ha obtenido ni dónde están pagando impuestos.