El Gobierno italiano confirmó ayer por la tarde el secuestro de «algunos» ciudadanos italianos en Mauritania, en referencia a la pareja de turistas que, según especulan ya las autoridades locales de la zona en la que desaparecieron, habrían sido capturados por milicianos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). También se encuentra desaparecido un marfileño que conducía el vehículo en el que viajaban los turistas.
«La unidad de crisis de la 'Farnesina' (Ministerio de Exteriores italiano), en estrecha colaboración con la Embajada de Italia en Dakar, está llevando a cabo las gestiones necesarias para determinar los elementos útiles para evaluar la dinámica de los acontecimientos y la identidad de los secuestrados», explica el comunicado oficial.
Los dos italianos viajaban en la noche del viernes en un minibús por una carretera que une la ciudad de Kubanni con la frontera con Malí, en el sur de Mauritania, cuando fueron interceptados por un grupo armado. El minibús fue recuperado por la Policía mauritanos a unos 20 kilómetros de la frontera con Malí con los neumáticos pinchados y signos de impactos de bala en la carrocería.
También fue recuperado el equipaje de la pareja y algunos objetos de valor, según fuentes locales. Las fuerza de seguridad mauritanas en la zona se encuentran ya en máxima alerta.
Fuentes de la seguridad y la administración local mauritana sostienen que los dos turistas fueron secuestrados por AQMI, la filial de Al Qaeda en el noroeste de Africa que ha reivindicado el secuestro el pasado 8 de diciembre de tres cooperantes españoles y de un francés.
Los dos secuestrados vivían en Carini, en Sicilia, y serían, a falta de confirmación oficial, Sergio Cicala, de 65 años, y su esposa, Filomena Kabouree, de 39 años y originaria de Burkina Faso, aunque de nacionalidad italiana. Cicala ya estuvo implicado en un incidente en 1994, cuando una mujer finlandesa murió por la explosión de una mina.