La modelo Naomi Campbell reconoció ayer en el juicio contra Charles Taylor por crímenes de guerra en Sierra Leona que recibió varias piedras preciosas sin pulir, los conocidos como diamantes de sangre, tras conocer al ex presidente liberiano, y «asumió» que procedían de él.
Si Taylor, ex presidente de Liberia, poseía o no diamantes en bruto es de gran relevancia para el Tribunal Especial para Sierra Leona (TESL), pues el presunto criminal de guerra habría utilizado el dinero del tráfico de estos diamantes extraídos en condiciones de esclavitud para financiar la sangrienta guerra civil en el país vecino.
Los hechos se habrían producido después de una cena de la fundación infantil Nelson Mandela en casa del ex presidente sudafricano en Johannesburgo, en septiembre de 1997, y a la que asistieron otros rostros populares como el productor musical Quincy Jones o la actriz Mia Farrow.
Según el testimonio ofrecido por la modelo, ella conversó con Taylor y el resto de invitados durante la cena y después se retiró sola a descansar a una de las habitaciones de la residencia de Mandela.
Es la primera y única vez que Campbell y Taylor habrían coincidido y, de hecho, según ha reconocido la modelo, aquella noche fue la primera vez que escuchó hablar «de un país llamado Liberia». Cuando la modelo británica dormía, alguien llamó a la puerta de su habitación en el piso superior de la casa y al abrir, encontró a dos hombres que no se identificaron y se limitaron a decirle que tenían un regalo que darle.
En el desayuno comentó el episodio con su entonces agente y con la actriz Mia Farrow, que le aclararon que debía tratarse de diamantes sin pulir y que apuntaron que posiblemente procedían de Taylor, una teoría que Campbell «asumió» entonces que era cierta.
En cualquier caso declaró que los diamantes no estuvieron en su poder más de seis horas, pues los donó a la fundación infantil Nelson Mandela, aunque informan que no recibieron nada.
A la modelo le preocupa «la seguridad de su familia» pues ha explicado que ha visto en internet que Taylor «ha matado a un montón de gente» y no que no quiere que los suyos «estén en peligro de ningún modo». Ese miedo la habría motivado a negar el episodio ante la presentadora televisiva estadounidense Oprah Winfrey hace unos años.