Buena parte de los grupos políticos de la Eurocámara criticaron ayer duramente las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros decididas por el Gobierno francés y atacaron a la Comisión Europea (CE) por lo que consideran una respuesta demasiado tibia.
Socialistas, liberales, verdes e Izquierda Unitaria han aprovechado el debate celebrado en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) para dejar clara su oposición total a la política de deportaciones que defiende el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y para exigir a la CE que se pronuncie claramente sobre la legalidad o ilegalidad de la misma.
Mientras, la mayor parte de los parlamentarios que intervinieron en el debate por parte del Partido Popular Europeo (PPE) -familia política de Sarkozy- denunciaron que el asunto de los gitanos se está usando como arma política contra el presidente galo.
El grupo conservador insistió en la necesidad de una estrategia global para la integración de la comunidad romaní en Europa, tal y como defiende en su propuesta de resolución de cara a la votación que la Eurocámara celebrará el jueves sobre el asunto.
La CE, sin opinión
La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, ha explicado que los servicios jurídicos de la Comisión se encuentran en pleno análisis de las expulsiones y que, por tanto, la CE no puede dar una opinión definitiva sobre el asunto.
En caso de que el estudio de Bruselas detectase una violación de las normas europeas, Reding ha asegurado que no dudará en actuar contra Francia o contra cualquier otro país, y ha recordado que ya se han pedido aclaraciones a París ante ciertas dudas en cuanto a las garantías en el procedimiento de las repatriaciones.
Un buen número de diputados acusaron ayer a Sarkozy de utilizar a la comunidad gitana como «chivo expiatorio» para tapar sus propios problemas políticos y han advertido ante las consecuencias que su política puede tener en otros países.