La Unión Europea (UE) confía en que el rescate de Irlanda por parte de sus socios internacionales reduzca la volatilidad en los mercados de deuda soberana y evite el contagio a otras economías de la zona euro con problemas presupuestarios, como Portugal y, en menor medida, España.
Varios ministros europeos y representantes de las instituciones comunitarias se afanaron durante la jornada de ayer por transmitir ese mensaje de tranquilidad y de confianza en las medidas adoptadas hasta ahora por España y Portugal para neutralizar este riesgo.
Las causas de los problemas en otros países «son completamente diferentes, por lo que no veo una contaminación del actual problema irlandés», afirmó el secretario de Estado alemán de Exteriores, Werner Hoyer, en una declaraciones efectuadas al llegar al Consejo de Ministros de la UE.
La Comisión Europea (CE), por su parte, consideró un «grave error» comparar la crisis en Irlanda -marcada por la delicada situación de sus bancos- con la de otros países como España, cuyo sector financiero goza de «solidez y resistencia», según un portavoz de la CE.
«Espero que la situación se estabilice», confió el ministro luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn, quien añadió que no ve necesario que España adopte más medidas de ajuste para frenar el contagio de la crisis de deuda irlandesa.
Marcando distancia
Desde las respectivas capitales portuguesa y española también se ha tratado de marcar distancias con Irlanda, como ha sido el caso del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al asegurar que España no está en la misma situación que la economía irlandesa.
El PSOE ha señalado que a pesar de que vivimos un momento de «inestabilidad en los mercados», las situaciones de España e Irlanda no son en absoluto «comparables». Mientras que el PP ha asegurado que la situación económica española no es «semejante» a la de Dublín, sin embargo han acentuado que el «problema fundamental» del país en materia económica que es la «falta de confianza» que genera Rodríguez Zapatero.
Desde Izquierda Unida consideran «inaceptable» que la Unión Europea vaya a aplicar «políticas neoliberales» para sacar a Irlanda de una crisis causada por esas mismas políticas que han convertido ese país es un «paraíso fiscal» y que lo haga fomentando la «devaluación social».
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó que España pudo haberse visto como Irlanda si no hubiese sido por el apoyo nacionalista a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011.