El primer ministro británico, David Cameron, afirmó hoy que, en 2015, los afganos habrán tomado el control de la seguridad de su país y no habrá fuerzas del Reino Unido en misiones de combate durante su visita a las tropas previa a la Navidad,
Cameron reiteró el mensaje optimista del presidente de EEUU, Barack Obama, durante su visita del pasado viernes a la base de Bagram (hoy se le sumó el secretario de Defensa, Robert Gates), y mantuvo que en 2010 se ha hecho un «auténtico progreso» en Afganistán.
Este ha sido el año del gran refuerzo del contingente internacional destacado en el país, que en verano alcanzó los 150.000 soldados y que ha lanzado sendas operaciones contra la insurgencia en sus bastiones de Helmand y Kandahar, en el sur.
Los talibanes ya están presentes en casi todo el país, con capacidad para golpear incluso en provincias del norte antes relativamente tranquilas, y en 2010 ya son 680 los soldados extranjeros muertos en el país centroasiático.
En rueda de prensa en Kabul junto al presidente afgano, Hamid Karzai, Cameron mantuvo que, tras los avances de 2010, «2011 debe ser el año en que el progreso se convierta en irreversible».
El primer ministro, aludiendo a las filtraciones de Wikileaks, prefirió admitir que ciertas quejas afganas eran «ciertas».
«Si se mira hacia atrás a 2006, 2007 o 2008, es claro ahora que no teníamos las tropas suficientes (en Helmand) para ofrecer realmente la seguridad que era necesaria», admitió.
Las tropas británicas, que suman ahora 10.000 hombres, se han ocupado tradicionalmente de Helmand y fueron criticadas por su fracaso en la operación lanzada en febrero de este año en el feudo insurgente de Nad Ali.
Como destacó Cameron, en la provincia hay ahora 20.000 marines estadounidenses junto a los soldados británicos, que componen una «fuerza de una densidad que es capaz de proveer seguridad a la inmensa mayoría» de la población.
En septiembre, las tropas británicas entregaron el control del distrito helmandí de Sangin a las estadounidenses.
Tras asegurar que ha apreciado «pruebas reales» del «progreso» que las tropas están haciendo en Helmand, con conquistas de territorio previamente bajo control talibán, Cameron añadió: «desde luego, no hay margen para la complacencia, este progreso aún es frágil, pero soy optimista (...) tenemos la estrategia correcta».
El primer ministro llegó ayer a Afganistán y pasó la noche con los soldados de su país en la principal de sus bases, Camp Bastion. Departió con comandantes, visitó un centro de entrenamiento de fuerzas afganas y hoy se entrevistó con el gobernador provincial, Mohamed Gulab Mangal.
En declaraciones a la prensa que lo acompañaba, recogidas por los medios británicos, Cameron mencionó ayer la posibilidad de un comienzo de la retirada de soldados de Afganistán ya en 2011, que apoyó en los avances en la lucha contra la insurgencia y la rapidez con la que se está efectuando el entrenamiento de las fuerzas afganas.
En la rueda de prensa de hoy, sin embargo, matizó que tanto EEUU como la fuerza ISAF de la OTAN dan por sentado que en 2011 comienza un «proceso de transición con la entrega a las fuerzas afganas del control de distritos y provincias, que se completará en 2014».
Para 2015, «no tendremos tropas en misiones de combate ni en el número actual» en Afganistán, insistió, para añadir que esa es una «fecha tope clara» y que el pueblo británico tiene «derecho a esa clase de certidumbre».
El primer ministro británico añadió que en sus conversaciones con los comandantes y el gobernador en Helmand ha podido constatar que la población «rechaza» cada vez más a los talibanes y acoge a unas fuerzas policiales afganas que, hace sólo dos o tres años, eran «increíblemente impopulares».
Karzai, por su parte, quiso también quitar hierro a las revelaciones incómodas que están saliendo por Wikileaks y se mostró «extremadamente agradecido» por los sacrificios en «sangre y recursos» que el Reino Unido está haciendo en Afganistán.
Precisamente ayer, cuando Cameron visitaba Camp Bastion, las banderas ondeaban a media asta por la muerte el domingo en Nad Alí de un soldado británico, el número 101 este año, aparentemente por «fuego amigo».
El presidente afgano tuvo grandes palabras hacia el Ejército británico y dijo haberle solicitado a Cameron que «concentre sus esfuerzos» en el «fortalecimiento institucional del Ejército y las fuerzas afganas» y asuma el papel principal en su entrenamiento.