Un joven de 26 años, que fue disparado en un coche en el distrito de Croydon, en Londres, la pasada madrugada ha fallecido este martes en el hospital, según informa la cadena BBC, que cita a Scotland Yard. Esta es la primera víctima mortal de los disturbios que comenzaron el sábado en la capital británica.
La Policía londinense había informado previamente de que a las 21:15 horas del lunes un joven de 26 años fue hallado con heridas de bala en la calle Warrington, en Croydon, en el interior de un vehículo y fue trasladado en estado grave a un hospital del sur de Londres. Según Scotland Yard, el suceso está siendo investigado.
Entretanto, la Policía Metropolitana ha dado a conocer a través de Flickr varias imágenes de sospechosos de participar en los saqueos ocurridos precisamente en Croydon y en Norwood Road tomadas por cámaras de seguridad anoche y durante la pasada madrugada.
El comandante de Scotland Yard, Simon Foy, ha advertido a «aquellos que hayan salido o pretendan salir a cometer actos violentos y criminales» de que la 'Operación Withern', como ha sido bautizado el operativo para hacer frente a estos disturbios, sigue su curso. «Tenemos fotografías y pruebas que usaremos para identificaros y llevaros ante la justicia», ha agregado en un comunicado.
Segun Foy, las de hoy son sólo algunas de las «muchas imágenes de personas con las que hablaremos en relación con las escenas de violencia». «No toleraremos la violencia que hemos visto en algunas partes de Londres», ha insistido.
El primer ministro británico, David Cameron, aseguró hoy que se hará «todo lo necesario» para restaurar el orden en Londres y otras ciudades del Reino Unido, donde se ha extendido una ola de violencia callejera.
El «premier» dijo que esta noche se desplegarán 16.000 agentes en las calles de Londres para atajar unos disturbios que calificó de «delincuencia pura y simple», que debe ser «enfrentada y derrotada».
Gabinete de crisis
Cameron interrumpió ayer sus vacaciones veraniegas y reunió hoy a su gabinete de crisis para hacer frente a una ola de violencia en la que los últimos tres días se han producido más de 450 detenciones en Londres por incendios, saqueos y destrozos a la propiedad.