El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, apostaron ayer por una mayor integración de la zona euro y rigor en el gasto público como fórmula para recuperar la confianza de los mercados frente a la crisis actual. En la cumbre que mantuvieron en París, los dos mandatarios propusieron que el eje franco-alemán sea la «punta de lanza» de una eurozona más integrada, con una nueva gobernanza que coordine las políticas de cada uno de los 17 países miembros.
Sarkozy y Merkel consideran que los países que comparten el euro deben tener también instituciones económicas comunes, por lo que someterán al resto de los socios la creación de un organismo compuesto por los jefes de Estado y Gobierno que se reúna dos veces por año o en caso de crisis puntuales.
Déficit
Junto a la mayor integración, Sarkozy y Merkel apoyaron la instauración en las Constituciones de los países de la zona euro del techo máximo de déficit. Conocida en Francia como la «regla de oro», esta medida obliga por ley a los gobiernos a mantener un rigor presupuestario y no sobrepasar un cierto nivel de déficit. Tanto Sarkozy como Merkel pusieron como ejemplo de rigor las diferentes medidas de contención del gasto anunciadas por Italia y España, dos países atacados por la especulación de los mercados.
Como ejemplo de integración, París y Berlín acercarán más aún sus políticas económicas y, a partir de 2013, tendrán un impuesto sobre sociedades común a ambos lados del Rin. Finalmente, Sarkozy y Merkel propondrán la creación de una tasa sobre las transacciones financieras, una medida que ven «necesaria». Como estaba previsto, la cumbre sirvió para rechazar por el momento la creación de bonos comunes de deuda de la zona euro, una medida que piden países como Italia.