El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha reclamado este miércoles una recapitalización coordinada de los grandes bancos de la UE para garantizar que puedan resistir a la crisis de deuda. El refuerzo de capital debe hacerse recurriendo al mercado cuando sea posible, con ayudas públicas nacionales y, sólo como «último recurso», utilizando fondo de rescate de 440.000 millones de euros.
Barroso respalda así la estrategia patrocinada por la canciller alemana, Angela Merkel, que había defendido que el fondo de rescate se utilizara para recapitalizar bancos sólo en aquellos países sin recursos suficientes para dar ayudas nacionales a su banca. En contraste, Francia había planteado usar el mecanismo europeo para inyectar fondos a sus bancos, los más expuestos a deuda griega.
En un discurso ante el pleno de la Eurocámara, el presidente del Ejecutivo comunitario ha avisado de «la amenaza de la crisis sistémica que se está desencadenando ahora» y ha reclamado una «solución global» y urgente a la crisis de deuda en la cumbre de líderes europeos que se celebrará el 23 de octubre.
Barroso ha dicho que el plan de recapitalización «debe incluir todos los bancos sistémicos» de la UE y debe tener en cuenta «toda la exposición a la deuda soberana de forma transparente». A estas entidades se les pedirá «temporalmente» un ratio de capital básico «más alto».
«Los bancos que no tengan el capital exigido deberán presentar planes para lograrlo lo antes posible. Hasta que lo hagan, se les deberá prohibir el pago de dividendos y bonos», ha propuesto el presidente de la Comisión. Barroso no ha aclarado cuál debe ser el nuevo ratio ni ha presentado ninguna estimación de las necesidades de capital de la banca europea.
La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) trabaja con un nuevo umbral del 9% (en lugar del 5% de tier 1 usado en las pruebas de estrés de julio) y presentará sus cálculos la semana que viene, antes de la cumbre del 23 de octubre, según han explicado a Europa Press fuentes europeas. Con este requisito, entre los bancos sistémicos españoles sólo el BBVA aprobaría (9,2%), aunque sin tener en cuenta su exposición a la deuda pública.
«Los bancos deben utilizar fuentes privadas de capital en primer lugar. Si es necesario, los Gobiernos nacionales les deben proporcionar asistencia en segundo lugar. Y como último recurso pueden recurrir a un préstamo del fondo europeo de estabilidad financiera», ha defendido Barroso.
El presidente del Ejecutivo comunitario ha reclamado «maximizar la capacidad» de este fondo de rescate para frenar el contagio de la crisis de deuda. Pero no ha explicado cómo hacerlo, aunque la Comisión ha defendido en anteriores ocasiones recurrir al apalancamiento.
Eso sí, Barroso ha pedido adelantar a mediados de 2012 (en lugar de mediados de 2013 como está previsto) la entrada en funcionamiento del mecanismo de rescate permanente, que podrá endeudarse más fácilmente al contar con capital desembolsado y no únicamente con garantías como el actual.
Y ha reclamado al Banco Central Europeo (BCE) que prosiga con su política de suministro de liquidez.
Además, Barroso ha pedido una «solución contundente» para la crisis en Grecia. «Las dudas e incertidumbre sobre el futuro de Grecia amenazan la estabilidad en toda la eurozona y más allá», ha avisado. Esta solución debe incluir, a su juicio, el pago de la ayuda urgente de 8.000 millones de euros y un segundo plan de rescate con la participación del sector público y de la banca. No obstante, no ha aclarado si se exigirá a la banca una quita superior al 21% pactado en julio, tal y como han sugerido algunos líderes europeos.
El presidente de la Comisión ha reclamado a los países con problemas que prosigan con los planes de ajuste fiscal y a aquellos que tengan margen de maniobra que tiren de la demanda. También ha reclamado dar prioridad a la aprobación de iniciativas que impulsen el crecimiento, como la liberalización de los servicios, la integración del mercado energético de la UE o la patente única.
Finalmente, ha defendido una mayor integración económica en la eurozona que pasaría por dar nuevos poderes a Bruselas para intervenir en la preparación de los presupuestos nacionales y vigilar su ejecución. Y ha reiterado que antes de finales de año presentará sus propuestas sobre opciones para crear eurobonos. El presidente de la Comisión quiere además limitar la capacidad de veto de los Estados miembros, fomentando que los países que lo deseen avancen más rápido con cooperaciones reforzadas.