La locomotora alemana va a sufrir «un fuerte frenazo» a corto plazo por el fuerte endeudamiento de la eurozona y los problemas de capitalización de su banca, afirmaron ayer los principales institutos de estudios económicos germanos. En su informe de perspectivas de otoño, los institutos estimaron que el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania crecerá un 2,9% este año -cuando se había llegado a apuntar un repunte del 3,6%- y apenas un 0,8% en 2012, lejos del 2% previsto anteriormente.
Además, pronosticaron una mejora moderada del resto de indicadores macroeconómicos de Alemania para el año que viene y un empeoramiento de la situación en la mayoría de países periféricos de la eurozona, con España rozando la recesión y Grecia y Portugal en negativo.
«El mayor riesgo es el recrudecimiento de la crisis de la deuda y la confianza de Europa, por la que las condiciones financieras de la economía podrían empeorarse de forma notable afectando a la economía real», aseguró en la rueda de prensa de presentación del informe Roland Döhrn, miembro del instituto de investigación económica RWI.
La crisis de la deuda
El documento, 75 páginas bajo el título «La crisis de la deuda lastra la coyuntura alemana», insta a la eurozona a adoptar medidas para atajar las dificultades que atraviesan sus finanzas públicas y privadas. «Las medidas adoptadas hasta ahora han relajado la situación a corto plazo pero no han resuelto los problemas de fondo», argumentó Döhrn.
Por eso, los institutos abogan por que la eurozona recapitalice sus bancos, algo «esencial», según Joachim Scheide, del Instituto para la Economía Mundial (IfW). No obstante, consideraron que esta inyección debe ser «provisional» y exigieron un mecanismo permanente para solventar este tipo de cuestiones, así como que se contemple elevar el capital propio exigido a los bancos y la posibilidad de que ninguna entidad sea lo suficientemente grande para no poder caer.