El costo de endeudamiento de Italia ha alcanzado hoy un nivel que podría marcar un punto de inflexión en la crisis europea, después de que el anuncio de renuncia del primer ministro Silvio Berlusconi no despejara las dudas sobre el compromiso del país con las reformas.
El rendimiento de los bonos italianos a 10 años superó el 7 por ciento, un nivel que es considerado insostenible, en un reflejo del temor de los inversores a no recuperar su dinero. Este temor se hacía palpable también en un alza del costo de los seguros contra una moratoria.
Portugal e Irlanda debieron ser rescatadas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional cuando sus costos de endeudamiento alcanzaron niveles similares y la casa de compensación LCH.Clearnet encendió otra luz de alarma al aumentar el margen que exige sobre la deuda italiana, lo cual eleva el costo de tener bonos del país.
El Banco Central Europeo, la única institución de la región con poder de fuego suficiente para frenar los ataques de los mercados, no tardó en comprar bonos italianos para contener el alza de los rendimientos, según operadores.
«El BCE está comprando cantidades decentes», dijo un inversor de un fondo de cobertura con sede en Londres. «Esto hace preguntarte cuánto poder de fuego tiene. Da miedo. El mercado fue un poco ingenuo cuando Berlusconi anunció su renuncia. Ahora, se da cuenta que hay una montaña por subir», agregó.
Italia ha reemplazado a Grecia como centro de la crisis de deuda de la zona euro y transita sobre una línea delgada que podría llevar al país a pedir un rescate que Europa no estaría en condiciones de ofrecer.
Anuncio de dimisión
Tras perder su mayoría en una votación parlamentaria clave, Berlusconi confirmó que renunciará una vez se aprueben las reformas económicas demandadas por la Unión Europea y dijo que Italia debe celebrar nuevas elecciones.
El acosado primer ministro se opuso a formar un gobierno de unidad nacional y dijo que las elecciones no se celebrarían hasta febrero, creando un vacío de poder que podría generar nuevas turbulencias en los mercados.
Incluso tras la salida de un hombre que pasó a simbolizar los escándalos y las promesas vacías, no será fácil para Italia convencer a los mercados de que puede reducir su enorme deuda y mejorar su productividad.
«No hay garantías de que un sucesor sea capaz de hacerlo mejor. Simplemente hay que mirar el rendimiento de los bonos italianos por ahora», dijo Christian Jimenez, presidente de la firma Diamant Bleu Gestion.
Década perdida
Varias autoridades mundiales renovaron la presión para que se tomen medidas decisivas que eviten que la crisis siga expandiéndose.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advirtió el miércoles que la crisis de deuda en Europa arriesga con llevar a la economía global a una «década pérdida» y dijo que depende de las naciones ricas cargar con el peso de restaurar el crecimiento y la confianza.
«Sentimos que si no se actúa audazmente y si no actuamos juntos, la economía mundial corre el riesgo de una espiral descendente de incertidumbre, inestabilidad financiera y un colapso potencial de la demanda global (...) podríamos enfrentar el riesgo de lo que algunos ya están llamando una década pérdida», dijo Lagarde en Pekín.
Berlusconi aceptó a regañadientes que el FMI revise la marcha de las reformas prometidas por Italia.
Fondo de rescate
Los ministros de Finanzas de la zona euro acordaron el lunes un plan para impulsar el fondo de rescate del bloque, de manera de proteger a economías como la española y la italiana de una eventual moratoria en Grecia.
Pero ante los problemas en los mercados de bonos, hay dudas sobre la eficacia de ese plan.
Lagarde dijo que esperaba que los detalles técnicos del plan para reforzar el fondo de rescate a 1 billón de euros estén listos para diciembre.
Muchos protagonistas fuera de Europa no entienden por qué el Banco Central Europeo no adopta un rol más activo de prestamista de última instancia. La respuesta está en la oposición de Alemania por el riesgo de comprometer la independencia del banco.
Mientras los mercados se concentran en Italia, los líderes políticos de Grecia intentaban sin éxito el miércoles llegar a un acuerdo para nombrar a un primer ministro que lidere un nuevo Gobierno de coalición que aleje al país de la amenaza de la bancarrota.
En el tercer día de negociaciones, un portavoz gubernamental dijo que el anuncio de la nueva coalición podría darse este miércoles.
Pero las idas y vueltas de los últimos días sugieren que no hay nada definido, más allá de la creciente impaciencia de la Unión Europea y los temores de los griegos de que este punto muerto pueda llevar a que su país abandone la zona euro.
En los últimos dos días, fuentes de Gobierno han hecho una serie de previsiones optimistas sobre la formación de un Gobierno en Grecia, que debe asegurar un rescate de 130.000 millones de euros (180.000 millones de dólares) de la zona euro, pero aún no se materializa un acuerdo.
Los socialistas y conservadores deseaban que el ex vicepresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos liderase al Gobierno de unidad nacional, buscando restablecer la credibilidad internacional que los políticos perdieron hace mucho tiempo.