Destacados miembros del partido conservador UMP del actual presidente, Nicolas Sarkozy, están cada vez más inquietos debido al giro del mandatario hacia la ultraderecha para conquistar a seguidores de la líder anti-inmigración Marine Le Pen, una semana antes de la segunda ronda de las elecciones francesas.
Algunos políticos conservadores han expresado estos días –incluso públicamente– su consternación por los temas respaldados por Sarkozy en la campaña, por su retórica e incluso por algunas propuestas similares a las del Frente Nacional, de Le Pen, que quedó tercera en la primera vuelta de los comicios.
En conversaciones privadas, las dudas están muy extendidas acerca «de la moralidad y la eficacia de la estrategia».
Compatibilidades
En la última semana, Sarkozy ha declarado repetidamente que «hay demasiados extranjeros en Francia», y se comprometió a reducir la inmigración legal.
«Sin fronteras no hay nación, no hay Estado, no hay República, no hay civilización. Las fronteras tienen una importancia crucial», aseguró esta semana en varios actos.
Sarkozy ha acusado a su rival socialista, Francois Hollande, de ser respaldado «por islamistas» y en reiterados guiños a los votantes de Le Pen señala son respetables y su partido es compatible con la República Francesa.
«A pesar de que voy a votar por Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta, está claro que es mi deber hacer sonar la alarma acerca de esta estrategia», dijo a Reuters Etienne Pinte, del UMP.
Pinte sostuvo que los ex primeros ministros franceses Jean-Pierre Raffarin y Alain Juppé, este último también ministro de Relaciones Exteriores de Sarkozy, habían dejado claro en reuniones internas su reticencia sobre este giro hacia la extrema derecha.
«A lo largo de la campaña, consideramos que existían dudas entre varios de sus colegas parlamentarios y los dos ex primeros ministros sobre la explotación de estos temas de extrema derecha», añadió Pinte.