El Gobierno sirio ha acusado a Turquía de «acto hostil» y de «piratería aérea» después de que el pasado miércoles el Ejército turco interceptase un avión de pasajeros procedente de Moscú que se dirigía a Damasco. El primer ministro turco, Recep Tayyip, ha respondido a las acusaciones explicando que dentro de la aeronave se encontró munición de fabricación rusa que iría dirigida al régimen del presidente Bashar Al Asad.
Tras la intercepción el pasado miércoles por parte del Ejército turco de un avión de pasajeros que viajaba de Moscú a Damasco, el Gobierno sirio ha protestado con firmeza. El ministro de Transportes, Mahoumd Said, ha acusado a las autoridades turcas de «piratería aérea» y ha denunciado que su actuación «contradice los tratados de la aviación civil».
El avión, un Airbus 320 de pasajeros, fue interceptado por un grupo de cazas F16 turcos que le obligaron a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ankara. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha informado de que el avión transportaba equipos militares, en concreto munición de fabricación rusa que tendría por destinatario el Ministerio de Defensa de Siria.
Cargamento
Por su parte, el ministro de Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, ha explicado que las autoridades turcas han decomisado el cargamento para examinarlo y llevar a cabo procedimientos adicionales, tras lo cual han determinado que se trata de una mercancía «no civil».
El jefe de la diplomacia turca ha recordado que las normas internacionales permiten examinar aviones civiles sospechosos de transportar material militar, al tiempo que ha subrayado que su Gobierno no permitirá el envío de armas al régimen sirio a través del espacio aéreo del país euroasiático.