El obispo Tauadros se convirtió ayer en el nuevo papa de la Iglesia copta de Egipto, que data del siglo I d.C., en una ceremonia cuyo punto culminante corrió a cargo de un niño, que lo eligió al azar entre otros dos candidatos.
Tras una misa oficiada en la catedral cairota de Abasiya durante casi cuatro horas, los asistentes acreditados contuvieron la respiración en el momento en que el pequeño Bishoy Girguis se acercó con los ojos vendados a una urna de cristal.
Allí estaban escritos en tres papeletas los nombres de los aspirantes a suceder al fallecido Shenuda III y la mano de Bishoy, que por sorteo acababa de ser seleccionado de un grupo de doce menores, se posó en la de Tauadros.
Divina Providencia
De esta forma, el 118º patriarca de la Iglesia copta (cristiana egipcia) fue escogido por la mano de un niño que, según la creencia, estuvo guiada por la Divina Providencia.
La catedral vibró en ese momento que los fieles tanto habían ansiado desde que el pasado marzo muriera a los 88 años de edad Shenuda III, que dirigió esa iglesia ortodoxa durante cuatro décadas. Estallaron entonces los aplausos y los gritos de júbilo, al tiempo que unas palomas blancas quedaron en libertad y una imagen gigante del nuevo patriarca se desplegó en el altar.
«No tengo palabras para expresar mi alegría», declaró el copto Mijail Adli, con los ojos rojos de llorar y con el teléfono móvil en la mano después de haber intentado llamar varias veces a quien de ahora en adelante será conocido como Tauadros II.