Unas 258.000 personas murieron a causa de la hambruna que sufrió Somalia entre octubre de 2010 y septiembre de 2012, entre ellos aproximadamente 133.000 niños menores de cinco años, apunta un estudio elaborado por varias agencias de la ONU y por la estadounidense USAID.
Según estas investigaciones, el número de fallecidos representa alrededor de un 4,6 % de la población del sur y centro de Somalia, y un 10 % de los menores de cinco años en esas mismas zonas. Esta es la primera vez que se da una cifra aproximada del número de fallecidos por la sequía y la consecuente hambruna que se sufrió en seis regiones distintas de Somalia.
«Ahora tenemos una idea de la verdadera enormidad de esta tragedia humana», asegura en un comunicado publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) uno de sus economistas sénior, Mark Smulders.
Seis regiones
De las seis regiones, las más afectadas fueron las de Bajo Shabelle, Mogadiscio y Bay, indica el estudio en el que participaron, entre otros, la FAO y la Unidad de Análisis de Nutrición y Seguridad Alimentaria de Somalia (FSNAU).
En concreto, en Bajo Shabelle un 18 % de los niños menores de cinco años murieron a causa de la hambruna, una cifra que desciende ligeramente hasta el 17 % en Mogadiscio y hasta un 13 % en Bay. Por su parte, la organización estadounidense Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (FEWS Net, sus siglas en inglés), que también participó en el estudio, resalta que esta última crisis alimentaria de Somalia es la que peor que ha sufrido el país en 25 años.