Treinta y siete años después de que la URSS realizara el anterior alunizaje de un artefacto fabricado por el hombre, China logró este sábado posar en el suelo de la Luna la sonda Chang E3, reactivando una rama de la carrera espacial, la exploración lunar, que parecía olvidada desde los grandes hitos de los 60 y 70.
La tercera misión de las sondas lunares chinas Chang E, bautizadas así en honor a una diosa que según leyendas orientales vive en la Luna, aterrizó con suavidad en el satélite terrestre, casi sin levantar polvo lunar, a las 21:12 hora local china (13:12 GMT), 12 días después de haber partido de la base de Xichang.
La maniobra se inició en la más cercana de las órbitas en la que la sonda se ha situado en los últimos días, a 15 kilómetros de la superficie selenita, desde donde comenzó a desacelerar su velocidad original de 1,7 kilómetros por segundo (6.120 km/hora).
Describiendo una parábola descendente, la nave se colocó en posición perpendicular sobre la Luna a unos 100 metros de altura, y desde allí planeó hasta la planicie Sinus Iridum (Bahía de los Arcoiris), una amplia llanura basáltica nunca antes explorada.
Emitida en directo por varios canales de la televisión estatal china CCTV, la maniobra es -según el programa espacial del país asiático- una de las acciones más complejas de la historia de la carrera espacial nacional.
El logro convierte a China en el tercer país del mundo en ser capaz de llevar a cabo alunizajes controlados, tras EEUU y la URSS, y para la potencia asiática es además su primer aterrizaje en un objeto extraterrestre.
El anterior alunizaje suave había sido el de la sonda Luna 24, de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el 18 de agosto de 1976.
Durante su acercamiento hoy a la Luna, la sonda china ofreció imágenes muy nítidas de la superficie lunar, ayudada por la ausencia de atmósfera y por encontrarse en la cara iluminada del satélite terrestre.
Pocos minutos después de posarse en la Luna, la Chang E3 desplegó paneles solares con el fin de acumular la energía necesaria para poder activar en la superficie selenita el robot móvil Yutu (Conejo de Jade), algo que según los medios oficiales chinos se producirá en el curso de unas horas, en la mañana del domingo.
El «paseo» del Yutu por la Luna marcará otro hito, ya que el único país que hasta ahora ha desplegado robots móviles en la Luna ha sido también la URSS, y la última vez que lo consiguió fue hace 40 años, con el Lunojod 2 (1973).
China lanzó su primera sonda lunar, el Chang E1, en 2007, y la segunda, Chang E2, en 2010, artefactos que posteriormente se estrellaron sobre la superficie selenita, según lo previsto.
El país asiático busca a largo plazo llevar astronautas al satélite terrestre, y aunque todavía no hay una fecha fijada para ello se espera que sea hacia 2020, época en la que China también espera tener una base espacial permanente orbitando alrededor de la Tierra.
Antes, China planea el envío de una cuarta sonda lunar en 2015 y otra en 2017, ésta con la misión de ser la primera capaz de regresar a la Tierra, claros preparativos para una misión tripulada en un futuro más lejano.
EEUU es el único país que ha logrado enviar astronautas a la Luna, la primera vez en julio de 1969 (Apolo 11) y la más reciente en diciembre de 1972, con la decimoséptima y última misión del programa Apolo.
En los años 80 Washington y Moscú abandonaron por completo los vuelos lunares, y aunque se reanudaron en los 90 (década en la que Japón se unió a la carrera de la exploración lunar), todas las sondas enviadas desde entonces no realizaron alunizajes suaves, sino que impactaron contra la Luna.
«Frente a la carrera espacial del siglo pasado entre EEUU y la antigua Unión Soviética, el 'regreso a la Luna' actual se basa más en curiosidad y ánimos de explorar el universo desconocido», opinó hoy el ingeniero Sun Haixian, subdirector del programa chino de exploración lunar, citado por la agencia oficial Xinhua.
El éxito logrado hoy por China, que con su programa espacial busca demostrar que puede competir con tradicionales potencias tecnológicas después de décadas de subdesarrollo y aislamiento internacional, se produce diez años después de que el país asiático lanzara al espacio a su primer astronauta, Yang Liwei.