El Ejército israelí inició ayer la operación militar bautizada como «Margen Protector» contra el movimiento islamista Hamás en Gaza, que prevé «larga e intensa» y que en sus primeras horas causó la muerte a al menos veinte personas, muchas de ellas civiles. Según fuentes médicas en la franja, entre los fallecidos hay tres niños y seis milicianos, tres pertenecientes a las Brigadas Azedim al Kasem, brazo armado de Hamás, y tres al movimiento radical palestino Yihad Islámica.
Además, cerca de 80 civiles resultaron heridos en bombardeos aéreos, en respuesta al lanzamiento de cerca de un centenar de la cohetes desde la franja contra diversas poblaciones del centro y el sur de Israel, que está bajo alerta roja.
Pocas horas después del inicio de la tercera operación contra Hamás desde que este grupo asumiera el control de Gaza en 2007, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó los negros augurios, al asegurar que se prevé una campaña bélica «concienzuda, larga, continua y dura».
El Ejército israelí admitió que en esta primera jornada atacó alrededor de 150 objetivos militares islamistas, en particular zonas agrícolas donde podría haber túneles, supuestos almacenes de armamento y escondites para lanzaderas de misiles.
Asimismo, aseguró que ha alcanzado a Hasán al Shaaban, al que identificó como responsable de Hamás en Gaza, y que ha atacado las viviendas de varios activistas del movimiento islamista.
Mientras, más de una treintena de cohetes fueron lanzados desde Gaza contra Israel, algunos hasta lugares tan alejados de la franja como Tel Aviv o Jerusalén, en cuya área metropolitana uno impactó y causó daños en una vivienda, pero no víctimas.