Jordania ejecutó en la horca el miércoles a dos yihadistas iraquíes, incluyendo a una militante, en respuesta a un video de Estado Islámico que mostró cómo quemaba vivo a un piloto jordano capturado por el grupo de línea dura.
Estado Islámico había exigido la liberación de la mujer, Sajida al-Rishawi, a cambio del periodista japonés Kenji Goto, un rehén al que el grupo posteriormente decapitó.
Rishawi, sentenciada a muerte por su papel en un ataque suicida de 2005 en Amán, fue ejecutada al amanecer, dijeron una fuente de seguridad y la televisión estatal.
Jordania, que es parte de la alianza liderada por Estados Unidos contra Estado Islámico, prometió una «respuesta que estremecerá la tierra» tras el asesinato del piloto, Muath al-Kasaesbeh, quien fue capturado en diciembre cuando su caza F-16 se estrelló en el noreste de Siria.
Las autoridades jordanas también ejecutaron a un prisionero de al Qaeda de alto rango, Ziyad Karboli, un iraquí sentenciado a muerte en 2008.
Jordania dijo el martes que el piloto había muerto hace un mes. El Gobierno recabó información durante semanas que indicaban que el piloto fue asesinado hacía tiempo, afirmó una fuente cercana al Gobierno.
Kasaesbeh es el primero de la coalición del que se tenga conocimiento que ha sido capturado y ejecutado por Estado Islámico.
La suerte de Kasaesbeh, miembro de una importante tribu que forma la columna vertebral de apoyo de la monarquía hachemita, mantuvo en vilo al país durante semanas y provocó inusuales críticas al rey Abdullah por el manejo de la crisis.
El rey interrumpió una visita a Estados Unidos el martes para regresar a su país. En un discurso televisado, llamó a la unidad nacional y dijo que la muerte del piloto fue un acto de «terrorismo cobarde» perpetrado por un grupo criminal que no tiene relación con el Islam.
La muerte del piloto causó conmoción e ira en Jordania por su brutalidad, y además generó la condena internacional.
El padre de Kasaesbeh afirmó que las dos ejecuciones no eran suficientes y llamó al Gobierno a hacer más para vengar su muerte.
«Quiero que el Estado se vengue por la sangre de mi hijo a través de más ejecuciones de aquellos que siguen a este grupo criminal, que no comparte nada con el Islam», declaró a Reuters Safi al-Kasaesbeh.
«Los jordanos exigen que el Estado y la coalición se venguen con golpes incluso más dolorosos para destruir a estos criminales», afirmó.
El Ejército jordano prometió vengar su muerte y algunos analistas creen que eso podría escalar su involucramiento en la campaña contra Estado Islámico, que ha capturado grandes áreas de Irak y Siria, los vecinos de Jordania al norte y al este.
El Gobierno sirio condenó la muerte del piloto a manos de Estado Islámico e instó a Jordania a cooperar con Damasco en la lucha contra ese grupo y el Frente Nusra, vinculado a al Qaeda, en Siria.
Estados Unidos ha descartado a Siria como socio en la campaña contra Estado Islámico, pues ha descrito al presidente sirio, Bashar al-Assad, como parte del problema.