La violencia continuó este martes en Israel y Palestina, con cuatro ataques palestinos en los que fueron asesinados tres israelíes y 22 resultaron heridos, que se suman a la muerte de uno de los atacantes y de un joven palestino en un enfrentamiento con soldados.
La ciudad de Jerusalén fue, de nuevo, blanco de varios ataques, con un atropello y apuñalamiento en el que murió una víctima y otro atentado, el más sangriento hasta ahora, perpetrado por dos palestinos con un arma de fuego y un cuchillo, en el que murieron dos israelíes y 16 fueron heridos.
Este último tuvo lugar por la mañana en el asentamiento judío de Armón Hanatziv, en Jerusalén Este y limítrofe con la población palestina de Yabel Mukaber, de donde procedían los dos jóvenes de 22 y 24 años que asaltaron un autobús, según muestran imágenes de la Policía.
Los atacantes «se subieron en el autobús con una pistola y un cuchillo y, dentro del vehículo, hirieron a cuatro personas de diversa consideración. Una patrulla policial trató de abordar el autocar y, aparentemente, los agresores se lo impidieron y continuaron atacando a personas inocentes desarmadas», indicó a los medios un responsable de la Policía del distrito, Yaser Aroni.
Según testigos que viajaban en un autobús que circulaba detrás del asaltado, el conductor de aquel cerró las puertas de pasajeros y abandonó el vehículo para dar la voz de alarma, lo que habría provocado el gran número de heridos en su interior.
Guila, testigo del suceso, relató cómo «el conductor salió del autobús y dijo que había un terrorista con un cuchillo y que llamáramos a la policía», poco antes de que uno de los atacantes saliese con un arma blanca del autobús con la intención de continuar su ataque.
Un agente de la Policía de Fronteras disparó y mató a uno de los agresores y el otro fue aprehendido en el lugar, informó el portavoz policial Micky Rosenfeld.
A este suceso precedió otro, grabado por cámaras de vídeo y ampliamente difundido por internet, en el que un palestino atropelló aparentemente de forma intencionada a varias personas que esperaban un autobús en el barrio ultra-ortodoxo de Mea Shearim, antes de salir de su coche y apuñalar a viandantes.
Mató a una persona e hirió a otras siete hasta que llegaron las fuerzas de seguridad y lo abatieron a tiros.
También este martes se registraron otros dos ataques en la ciudad israelí de Ranana, al norte de Tel Aviv.
En uno, un palestino acuchilló al menos a seis personas, una de las cuales está en situación muy grave, según los servicios de emergencia, antes de ser aprehendido por viandantes y puesto a disposición policial.
En el otro incidente, el agresor palestino y su víctima israelí resultaron heridos.
Los dos autores de estas agresiones, que tuvieron lugar en apenas dos horas, son vecinos de Kfar Aqued, junto a la población palestina de Beit Hanina, en Jerusalén Este.
A estos incidentes violentos se suma la agresión, también con arma blanca, de un judío israelí a otro, al que confundió con un árabe, en la localidad de Kiriat Ata, en el norte de Israel.
Según medios israelíes, alrededor del 80 por ciento de los palestinos que han perpetrado 22 apuñalamientos contra israelíes en los últimos 13 días proceden de Jerusalén Este, lo que ha llevado al alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, a pedir al gobierno el cierre de los barrios árabes, en la parte ocupada de la ciudad.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, que tuvo este martes una reunión de emergencia con su gabinete para analizar la situación, advirtió que su país «ajustará cuentas con los asesinos, con los que intentan asesinar y con los que les asistan» y anunció «una serie de medidas audaces para acabar con la incitación y el terrorismo», que serán aplicadas «cuanto antes».
Según el Canal 2 de la televisión israelí, entre otras decisiones, el gobierno considera destacar tropas del Ejército en ciudades, especialmente en Jerusalén, rodear los barrios palestinos de esta ciudad con fuerzas de seguridad, demoler las viviendas de quienes perpetren ataques y revocar los derechos de residencia de los familiares de los atacantes.
Además de los ataques y asesinatos, que el movimiento islamista Hamás «bendijo» desde la franja de Gaza, también se volvieron a registrar este martes enfrentamientos entre jóvenes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes, en los que murió un varón de 27 años en la localidad de Belén y resultaron heridos 130 palestinos, unos 80 en Cisjordania y 40 en Gaza, según informó a Efe la Media Luna Roja (equivalente a la Cruz Roja).
Desde principios de mes han muerto en incidentes y ataques (la inmensa mayoría de palestinos a israelíes) 30 palestinos -11 de ellos supuestos atacantes- y 7 israelíes, y han sido heridos más de 1.400 palestinos y alrededor de medio centenar de israelíes.