El grupo terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga controla desde este miércoles dos capitales provinciales en el Yemen, después de haber irrumpido en la localidad de Zinyibar, capital de Abien (sur), aprovechando el caos de la guerra civil.
Al Qaeda tomó el control de Zinyibar, que ya había estado en sus manos, logrando de esta forma recuperar otro importante bastión en la provincia de Abien, informaron fuentes de las milicias tribales y habitantes locales.
Asimismo, los combatientes consiguieron controlar la carretera principal que une las provincias de Adén y Shabwa (suroeste) con Hadramut y Al Mahara (este).
Testigos en Zinyibar dijeron que los combatientes radicales hicieron explotar la sede principal de los Comités Populares, milicias leales al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, en la localidad de Year y destruyeron también la casa del dirigente de los Comités, Abdelatif al Sayed.
Al Sayed y sus milicias huyeron hacia la zona de Batis, en el norte de Abien, después de que la organización radical impusiera su control sobre Zinyibar y Year, situadas a unos diez kilómetros de distancia, según las fuentes.
Uno de los habitantes de Year, que se identificó solo como Mansour, dijo que «decenas de hombres armados y enmascarados se desplegaron en la ciudad y levantaron barricadas, y comenzaron a inspeccionar los coches que pasaban».
«A pesar de la calma que reina en la ciudad desde la tarde, el temor se está propagando» entre la población, añadió.
Otros residentes de Year dijeron que los combatientes de Al Qaeda también están estacionados en las colinas que dominan la ciudad y decenas de ellos continúan llegando a la urbe.
Por otra parte, fuentes militares dijeron que los extremistas se apoderaron de una gran cantidad de armas de un almacén del Ejército yemení en Zinyibar, antes de dirigirse al norte hacia Year.
Zinyibar es la segunda capital provincial que los radicales consiguen conquistar, después de que el pasado abril se hicieran con el control de la ciudad de Al Mukala, centro administrativo de la región de Hadramut, en el sureste del Yemen.
El Gobierno yemení no ha hecho comentarios sobre la toma de Zinyibar, dirigida por un joven cabecilla de Al Qaeda, Yalal bel Aidi, conocido dentro de la organización por sus operaciones sangrientas contra el Ejército en pasados años y que había sido anteriormente portero en un equipo local de Abien.
La más destacada de esas operaciones es el secuestro de 14 soldados y el degollamiento de algunos de ellos en público en la ciudad de Al Huta, en Hadramut, en agosto de 2014.
Al Qaeda en la Península Arábiga se asemeja por sus métodos brutales, entre ellos las decapitaciones, al grupo terrorista Estado Islámico y también ha asumido la autoría de atentados en el exterior del país, entre ellos el ataque contra el semanario satírico Charlie Hebdo en París el pasado enero.
La organización ha aprovechado el deterioro de la seguridad en las zonas del sur, que fueron recientemente recuperadas por las fuerzas leales a Hadi, respaldadas por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí.
La región había sido ocupada anteriormente por el movimiento rebelde de los hutíes y, ahora, ante la ausencia de instituciones y una autoridad fuerte, ha vuelto a las manos de la red terrorista Al Qaeda.
En este contexto, hombres armados, posiblemente miembros de Al Qaeda, irrumpieron el 17 de octubre pasado en la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad de Adén para imponer la separación de sexos en las aulas.
Zinyibar y Year están ubicadas a unos 60 kilómetros de la ciudad portuaria de Adén, la sede provisional del Gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, que solo recientemente pudo regresar al país tras haber sido expulsado por los hutíes en marzo.
Esta es la segunda vez que Al Qaeda toma el control de Zinyibar y Year, ocupadas en mayo de 2011, cuando fueron declaradas emirato islámico.
No obstante, fueron recuperadas un año después por el Ejército yemení con el respaldo de aviones no tripulados y navíos de guerra estadounidenses, además de milicianos tribales locales.
EEUU considera este grupo como una de las ramas más peligrosas y activas de todas las de Al Qaeda en el mundo y ha colaborado en los pasados años con el Yemen en la lucha contra los radicales, que se han fortalecido desde el estallido del conflicto civil en 2014.