Al menos ocho personas murieron y otras 43 resultaron heridas por un terremoto de 6,7 grados registrado este lunes de madrugada en el noreste de la India, cerca de Birmania y Bangladesh, informaron varias fuentes oficiales.
El temblor se produjo en la madrugada local a una distancia de 29 kilómetros de distancia al oeste de Imphal, la capital del estado de Manipur, y se sintió en una franja fronteriza entre Bangladesh y Birmania, afirmó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Un portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA, en inglés), Anurag Gupta, explicó que las muertes fueron registradas en Imphal, mientras que las 43 personas heridas se encontraban tanto en la capital regional como en los alrededores.
Según el portavoz de la NDMA, se han producido daños en algunas edificaciones, incluido un edificio de seis pisos, pero los daños por el seísmo no han sido de consideración.
Un portavoz de la Fuerza de Respuesta de Desastres Nacionales (NDRF) en Nueva Delhi aseguró que dos aviones con equipos de rescate iban a ser enviados a Imphal desde las bases aéreas que poseen en las localidades de Agartala y Guwahati, cerca de Manipur.
Rescate
El ministro de Interior indio, Rajnath Singh, que se encuentra de visita oficial en el noreste de la India, aseguró a través de su cuenta oficial de Twitter que ha hablado con los jefes de Gobierno de las áreas afectadas por el seísmo y confirmó el envío inminente de dos equipos de rescate de la NDRF a Manipur.
En Bangladesh, el terremoto sobresaltó a muchos ciudadanos y al menos cuarenta personas fueron trasladadas al Hospital Universitario de Dacca por heridas de diversa consideración después de abandonar edificios apresuradamente debido al pánico.
«Dos personas han sido ingresadas y el resto fueron atendidas en el momento», declaró a Efe el director de ese centro médico, Mizanur Rehman, que agregó que un joven de unos 23 años llegó muerto al hospital, tras sufrir «aparentemente» un fallo cardiaco.
Este seísmo se suma a varios terremotos de gran magnitud registrados el año pasado en el sur de Asia, entre los que destacan uno de 7,8 grados en Nepal que dejó cerca de 9.000 muertos, y otro de 7,5 grados en Afganistán y Pakistán con 129 muertos.